Yo iba por Estudiantes
Este es, como le dirían a Pachanga, "un título vendedor Rolindo, un título vendedor". Supongo que muchos tendrán el impulso de leer esta nota solo por su título, y de esos, una buena parte, lo harán pensando que este servidor es un apátrida.
Anoche Liga dio una gran demostración de pundonor y consiguió, a año seguido, el trofeo de la Recopa Sudamericana. Con esto redondea tres años de títulos, primero consiguió la Libertadores, por primera vez para un equipo ecuatoriano, en el 2008, luego en el 2009 obtuvo su primera Recopa y además, también por vez primera para un equipo de estas latitudes, la Copa Sudamericana. En calidad de campeón de esta última, ayer, revalidó su título sudamericano.
Por todo lado se ven y se leen largas loas a los flamantes campeones, merecidas por cierto, pues Liga se ha transformado, a fuerza de resultados, en el mejor equipo ecuatoriano de la historia. Sin embargo, no me subo a la camioneta, y que se entienda bien, no tengo empacho en aplaudir a la camioneta y a sus ocupantes, pero no me interesa estar en ella.
Qué debate eterno es este ¿no? En este mismo espacio, nuestros asiduos visitantes a los foros, han redactado líneas innumerables en favor de una u otra posición. Algunos de nuestros dilectos participantes, muchos de ellos en el exterior, nos cuentan su experiencia fuera de los linderos patrios y nos transmiten la relevancia que adquieren estos logros, a los ojos de observadores externos.
A mí me parece, y ya lo he sostenido antes, que esto tiene una buena dosis generacional. Afortunadamente para nuestro fútbol, y para la sociedad en general, los tiempos han cambiado y ahora tenemos generaciones de niños que crecen saboreando las mieles de unos triunfos que en nuestra niñez eran solo soñados. Por una parte es una consecuencia natural del paso de los años, pero únicamente porque en esos años, mal o bien, se ha invertido y se ha trabajado en la formación de un fútbol que ya presenta hoy algún grado de madurez. De hecho, que un muchacho de Lago Agrio juegue y brille en uno de los clubes más importantes del mundo, tiene en sí mismo un mensaje que sobra cualquier explicación.
Para los que vivieron durante muchos años la poca o ninguna relevancia de nuestro fútbol en el ámbito internacional, son motivo de satisfacción y orgullo los logros de un cuadro ecuatoriano, aunque no sea su divisa. Para otros, entre los que me incluyo, esa satisfacción no es tal, pues yo no me siento representado por Liga, y no creo que eso me haga menos ecuatoriano.
Desde luego eso no evitará que reconozca sus méritos, pues los tiene y son muchos, desde el utilero hasta el presidente, todos nos han dado una lección de trabajo colectivo en pos de un objetivo común. Anoche, los jugadores, hicieron un partido inteligente y se fajaron, como varones, ante un rival de una rica historia en el mundo del fútbol. Ninguno de los dos equipos está en su mejor momento, ni Estudiantes es el que ganó la Libertadores, ni Liga es el que ganó la Sudamericana, menos aún el que ganó la Libertadores, pero el triunfo quedará igual para la historia.
Hay cosas que Liga ya nunca perderá: ser el primer equipo ecuatoriano en ganar la Libertadores, ser el primer equipo ecuatoriano en ganar la Sudamericana, ser el primer equipo ecuatoriano en ganar la Recopa, ser el primer equipo ecuatoriano en ser bicampeón de la Recopa, todos estos son laureles que tendrá para siempre. Y los récords que ha impuesto quedarán ahí para que quienes somos de otras divisas aspiremos a romperlos. La competencia sigue, o para decirlo en uno de los clichés más famosos de este deporte, el fútbol señores, da revancha.
A los que somos de otras veredas no nos queda más que admitir que estos logros le hacen bien a nuestro fútbol, que nos obligan a todos a fijarnos metas más altas, y por lo mismo, a trabajar más y mejor para conseguirlas.
Cabe, por tanto, una felicitación a quienes se la merecen: dirigentes, cuerpo técnico, jugadores, colaboradores y a los hinchas de siempre. Por supuesto que habrá muchos que se suban a la camioneta, de esos hay en todo ámbito de la vida, pero los verdaderos, los de siempre, tendrán la mayor satisfacción de todas, la íntima, la que solo el hincha de verdad conoce.
Yo le iba a Estudiantes, pero los aplaudo, enhorabuena por ustedes, espero que lo disfruten y que sepan ser grandes en la victoria.