Ecuador contará con presencia en la FIA, Hernán Gallegos Banderas.

Enviado por elgabofus el Lun, 26/10/2009 - 10:51

Con 135 votos, Jean Todt, ex jefe de la escudería de Fórmula 1 Ferrari, se consagró ayer como vencedor en las elecciones para presidente de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) y estará acompañado en el directorio por el ecuatoriano Hernán Gallegos Banderas.

El francés, que ganó con una amplia mayoría la presidencia de la FIA , anunció un programa de "cambio constructivo" al frente de la organización.

 

Mientras que Gallegos, titular del Automóvil Club del Ecuador ANETA, marcó un hecho histórico al darle al país, por primera vez, una representación en el máximo ente de la Fórmula 1.

Todt, quien ayudó a Michael Schumacher a ganar cinco de sus siete Mundiales, recogió el testigo del británico Max Mosley, que dirigió el automovilismo mundial durante 16 años no exentos de polémicas.

Su victoria fue neta sobre el ex piloto finlandés Ari Vatanem, que finalmente no pudo aglutinar la coalición de pequeñas federaciones con la que aspiraba a derrotar a Todt, que contaba con los votos de las grandes.

Con la legitimidad de ese apoyo, Todt tendrá ahora que pacificar una organización que ha vivido años convulsos, fruto de las polémicas que han rodeado a su competición más visible, la Fórmula Uno.

"Hay que trabajar para unificar la FIA ", aseguró el recién elegido presidente que envió un mensaje de "armonía" a los equipos de la Fórmula Uno agrupados en la FOTA , auténtico quebradero de cabeza de Mosley.

Bajo la amenaza de éstos de crear un Mundial paralelo fuera de la égida de la FIA , el británico tuvo que comprometerse a no postular a un nuevo mandato y abandonar una organización que ha dirigido con mano de hierro.

La influencia de Mosley entre los 132 países miembros se dejó ver en la elección de Todt, al que había designado como sustituto natural.

El conocido como "pequeño Napoleón", Todt se ha comprometido a delegar parte de sus funciones como presidente de la FIA en un comisario que dirija cada competición y a crear un comité de disciplina que dirima los posibles conflictos y escándalos y aligere la presión sobre el Consejo Mundial, obligado muchas veces a emitir dictámenes políticamente correctos para contentar a todas las familias que lo componen.