¿Olímpico clausurado?

Enviado por zecarlos el Lun, 18/01/2010 - 08:30

Cuando estamos cerca de la inauguración del torneo nacional de fútbol del presente año, nos enteramos que el tradicional Estadio Olímpico “Atahualpa” ha sido clausurado por la Intendenta de Pichicha, al parecer, por no haber cumplido con algunas disposiciones legales, para dar seguridad a los aficionados que todos los fines de semana, asisten a sus graderíos. Y, llama la atención, que se haya realizado este acto punible, cuando desde el 5 de diciembre, el estadio ha estado sin actividad. ¿Será intencionalmente, para irse contra el mejor de los deportes? O, ¿Será acaso, por hacer daño a la ciudad de Quito?

No lo sabemos y, realmente las preguntas son meras especulaciones. La primera, porque si existen personas que quieren hacerle daño al fútbol ecuatoriano; y, la segunda, porque como quiteño, no me extrañaría que eso tenga dedicatoria.

Sin embargo, analicemos la situación con mesura y, seguramente, vamos a encontrar que otro responsable. Dice, a través de las entrevistas radiales la señora Intendenta, que “hace seis meses se comunicó del particular a los propietarios del escenario deportivo” y, que de los 35 puntos que se habían señalado, no todos han sido corregidos y, que por lo tanto se clausura el estadio”.

La Concentración Deportiva de Pichincha, es la propietaria del escenario de El Batán y, la Asociación de Fútbol no Amateur de Pichincha (AFNA), es quien la maneja de conformidad con la ley. Pero, ¿quién tiene que hacer las mejoras del escenario? Sin ninguna equivocación, los propietarios, a menos que exista algún documento, que obligue a AFNA a hacerlo.

He podido escuchar la intervención del Presidente de Concentración y, de igual forma, del Gerente de AFNA. No creo que sea asunto de “lanzarse la pelotita”, sino que, ambos manifiestan que es el aficionado quien no cuida lo que tiene en el escenario deportivo y, por ello, siempre se dañan las cosas, en lugar de mantenerse bien.

Ante esta afirmación, que creo que es correcta, ingresa el nuevo elemento a quien hay que culpar de lo que ocurre, generalmente, en todos los escenarios del país: falta educación en el aficionado que, regularmente, asiste a los encuentros deportivos. Si señores, pese a que duela, es una verdad enorme. Sólo como ejemplo, la forma en que se trata a los servicios higiénicos. Pues, si tienen que pagar unos centavos para que alguien los mantenga, en seguida reclaman…(?)

Esperando que este lamentable problema se solucione antes del 7 de febrero, fecha en que se inicia el campeonato ecuatoriano de fútbol del presente año, deseo que el aficionado piense, en aquello que significa su culpabilidad compartida. Señores, hay que educarse primero. Y, recuerden, que la educación no se la adquiere en la escuela o en el colegio, sino en sus propios hogares.

 

Por: Jorge García