Fracaso.

Enviado por bielo el Mar, 07/11/2006 - 08:54

Es el calificativo más apropiado a lo ocurrido con el Aucas, popular equipo capitalino. Coincidimos todos incluido el presidente de la institución, severo pero al mismo tiempo poco autocrítico, queriendo justificar la pérdida de la categoría en la falta de suerte, como si solo de eso dependiera el éxito o el fracaso. La temporada fue de angustias, la primera etapa solo consiguiendo la permanencia en la categoría y la segunda con fatalidad incluida.

Cuando todo empezó, se prometió un plan estratégico que convertiría a la institución poco menos que en modelo para el fútbol local, contratación de jugadores de primer nivel, que nunca llegaron, mejoramiento de la infraestructura y hasta iluminación del estadio, mucho se dijo y poco se hizo. Es claro que el fútbol requiere más que buenas intenciones, se necesita capacidad de gestión para conseguir recursos suficientes que permitan conformar nominas competitivas, mucho criterio a la hora de tomar decisiones respecto a la contratación de técnicos y la conveniencia de que estos continúen o no, delegar y no concentrar el manejo del equipo a una o dos personas, son algunos de los factores que determinan llegar o no.

Lamentablemente el daño está hecho, las dificultades del Aucas para consolidarse como institución han estado relacionadas con la falta de resultados, de logros que le permitan generar interés en la empresa privada y en sus hinchas que poco a poco se han alejado. La participación en la serie A, con todo lo que esto implica en cuanto a interés y expectativa, no pudo ser manejada con acierto, en la serie B todo será mas difícil, empezando con los auspicios, el no poder contar con jugadores que pretenden una promoción mayor a la ofrecida en un campeonato poco atractivo.

Parece que hasta hoy no se han dado cuenta de las consecuencias de la pérdida de la categoría, sí señores, la pérdida de la categoría, el decir lo contrario es solo intentar maquillar una serie de equivocaciones, como la firma de contratos con cláusulas que dejarían al equipo sin algunos de sus jugadores más importantes o el haber contratado y mantenido en el cargo a un técnico que antes ya descendió al equipo. La historia está escrita, fracasaron y lo seguirán haciendo mientras no asuman que esto va más allá de las buenas intenciones y de la figuración personal.