Tenis: Agassi, un showman, que lo ganó todo en el tenis mundial.

Enviado por roberto el Lun, 04/09/2006 - 11:34

Ni el propio Andre Agassi cuando a los 16 años debutó en el profesionalismo, pensaba que podría triunfar en el deporte del tenis, pero 21 años después se ha ganado un lugar en la historia con todos los títulos en su haber y es, sin discusión, el mayor showman.

Antes de comenzar a derramar lágrimas en la pista Arthur Ashe y caer derrotado por el alemán Benjamin Becker, 112 del mundo, Agassi ganó 60 títulos, entre ellos ocho de Grand Slam y dos del Abierto de Estados Unidos.

El duelo de cinco sets que mantuvo con el chipriota Marcos Baghdatis en la segunda ronda le pasó factura a Agassi, de 36 años, que no pudo dar más con su espalda, completamente rota, para perder por 7-5, 6-7 (4-7), 6-4 y 7-5 en tres horas y tres minutos en un partido que mostró los límites reales del tenis de Agassi.

El marcador dice que perdí, pero lo que no refleja es lo que siento, dijo sin dejar de llorar y tras ofrecer reverencias a los cuatro sectores del estadio. Encontré inspiración en ustedes y me llevaron a ganar en los momentos más bajos y vio realizado sueños que hubiesen sido imposible si esa ayuda.

Agassi prometió que después de los 21 años que le habían ayudado como profesional, a partir de ahora los iba a llevar en su memoria por el resto de su vida.

Los 23.712 espectadores que llenaron la pista central Arthur Ashe lo despidieron de pie con una gran ovación, la misma que desde la tribuna le daba su esposa, la alemana Steffi Graff, otra ex número uno del mundo, que a partir de ahora le ayudará a olvidarse del mundo de la competición.

Agassi, el ganador, y uno de los ídolos deportivos más grande en Estados Unidos, colgaba la raqueta después de completar una trayectoria deportiva única desde que a los 16 años comenzó su andadura en el tenis profesional y en 1987 ganaba su primer título individual, en Brasil.

A partir de ese momento, la carrera de Agassi entró en una espiral de triunfos con seis títulos individuales en 1988 y actuaciones brillantes en los torneos de Grand Slam ante las estrellas del momento como eran los estadounidenses Ivan Lendl y John McEnroe y el sueco Matt Willander.

El genio se había despertado para ponerse como número tres del mundo, pero tuvo que esperar hasta el año 1990 con 20 años cuando ganó su primer y único título de la Copa Masters después de derrotar al sueco Stefan Edberg, que era el número uno del mundo.

Ese mismo año, Agassi también consigue el primer título de la Copa Davis con el equipo de Estados Unidos después de darle un punto decisivo de individuales frente a Australia.

Pero el punto de inflexión en la carrera de Agassi no llegó hasta la final de Wimbledon de 1992 cuando consiguió su primer título de Grand Slam y le permitió dejar atrás su fama de perdedor en las grandes finales que ya había disputado en Roland Garros y en el Abierto de Estados Unidos.

Tengo que reconocer que el título de Wimbledon cambió por completo toda mi trayectoria profesional porque ahí fue cuando me convencí que podía ser un ganador, que debía confiar en mi mismo y el juego que realizaba, destacó Agassi, que ya no pudo ganar más el torneo.

El año de 1994 le iba a generar a Agassi otra satisfacción muy especial al ganar por primera vez el Abierto de Estados Unidos, para luego lograrlo de nuevo en 1999 y disputar otras tres finales más, la última la del año pasado contra el suizo Roger Federer.

Poco a poco Agassi iba camino de la consagración deportiva mientras era ya la figura central en la venta de imagen del tenis mundial.

Pero tuvo que llegar al Abierto de Australia para ganar el primer Grand Slam del año en 1995 que iba a acercarlo un poco más a su gran verdugo, el también estadounidense Pete Sampras, que era el verdadero líder deportivo, pero al que logró vencer en cuatro sets.

Después el triunfo de Australia, su tercer título de Grand Slam, en abril de 1995 consigue por primera ser el número uno en la clasificación mundial, aunque concluiría el año como número dos y sólo hasta la temporada de 1999 no pudo lograr esa distinción.

Luego estaría como número uno del mundo un total de 99 semanas y la última fue el 7 de septiembre, cuando las nueva generación encabezada por Federer establecieron su dominio y protagonismo.

Si los títulos individuales y Grand Slam fueron importantes para Agassi, el conseguir la medalla de oro olímpica en los Juegos Olímpicos de 1996 le supuso uno de los triunfos más anhelados como deportista, porque le daba la otra proyección que quería trasmitir, que no sólo jugaba por dinero sino que tenía principios.

La crisis personal y deportiva que vivió en 1997 cuando bajó al puesto número 141 de la clasificación mundial también le permitió comenzar una segunda etapa mucho más productiva que la primera, olvidándose de su intento de formar parte del mundo de Hollywood al que llego de la mano de su ex esposa Brooke Shields.

Andre quería a Brooke y se lo demostró intentando formar parte de la vida de Hollywood, pero al final se dio cuenta que su mundo verdadero estaba en el tenis y por eso volvió para triunfar con un gran trabajo, declaro Brad Gilbert, el entrenador que lo ayudó en su vuelta.

Los frutos de ese trabajo comenzaron a verse en el torneo de Roland Garros, título que ganó en 1999, para convertirse en el quinto jugador en la historia del tenis que tenía ya en su poder los cuatro grandes, mientras que también consigue su segundo del Abierto de Estados Unidos.

Pero sería en el Abierto de Australia donde lograría los tres últimos títulos de Gran Slam con las victorias en el 2000, 2001, primera vez en su carrera que defiende con éxito su condición de campeón, y el en 2003.

Uno de los grandes culpables que no pudiese conseguir más títulos de Grand Slam fue Sampas, el auténtico verdugo durante toda su carrera profesional, con el que protagonizó duelos memorables como la final del 2002.

Agassi pudo con todos los rivales, menos con Sampras para irse con marca perdedora de 14-20 y 1-4 en los enfrentamientos de Grand Slam, en un duelo sin descanso durante 15 años consecutivos.

Eramos dos personalidades distintas tanto dentro como fuera del campo, pero los dos nos teníamos un gran respeto, admiración y amistad, destaco Agassi.

Esa diferencia se dio también en la manera como ambos dijeron adiós al tenis profesional, porque aunque lo hicieron en el mismo escenario de la pista central Arthur Ashe, Sampras se fue ganando su decimocuarto título de Grand Slam, la mejor marca de todos los tiempos, mientras que Agassi se llevó el corazón de los neoyorquinos.