Brasil y Paraguay decepcionaron, Argentina pudo más, Ecuador ganó.

Enviado por roberto el Sáb, 08/07/2006 - 12:44

La decimoctava edición del Mundial de fútbol, que termina el domingo en Berlín, ha dejado para Sudamérica un resultado precario en las cuentas generales, pues sus cuatro representantes fueron apeados antes de las semifinales, y de balances mixtos, visto el caso de cada selección.

Brasil, el campeón de 2002 que llegó con el aviso luminoso de súper favorito, con el mejor del mundo, Ronaldinho Gaúcho; Ronaldo, que terminaría como el goleador de goleadores, con quince; y un resto de plantilla que vale 500 millones de dólares, pinchó en los octavos de final ante Francia, su bestia negra en el fútbol.

El resultado podría no considerarse una sorpresa, ya que Francia, que dirime este domingo la final con Italia, está armado con los campeones mundiales de 1998 Zinedine Zidane, Patrick Vieira, Fabien Barthez, Liliam Thuram, Thierry Henry y David Trezeguet.

Sin embargo, los de Carlos Alberto Parreira se marcharon sin pagar una cuenta cara al público, que se quedó sin ver una buena cadena de resultados arropada con fútbol de calidad.

En el comienzo metieron terror con la propuesta del cuadrado mágico y al final optaron por ensayar alguna de las fórmulas del Mundial de 2002 y de las que usa el Barcelona para dar más libertad a Ronaldinho Gaúcho, en Alemania un auténtico desaparecido.

Además de la decepción, sobre la selección canarinho comienzan a correr vientos de renovación con la inminente retirada de Cafú, Roberto Carlos, Emerson y, quién sabe, Ronaldo.

Argentina se fue de Alemania invicta, con once goles a favor, tres en contra, en las condiciones más adversas, y pese a que Roberto Ayala adelantó al equipo con un gol de cabeza en los cuartos de final ante el equipo de Jürgen Klinsmann.

Los pupilos de José Pekerman cayeron en una tanda de penaltis ante los anfitriones y con un estadio repleto de 72000 personas.

A diferencia de lo ocurrido cuatro años atrás en Corea del Sur y Japón, las expectativas tenían el sello de pronóstico reservado.

Un grupo complicado, con Costa de Marfil, Serbia y Montenegro y Holanda; así como cruces difíciles desde la segunda fase hacían prever una campaña llena de espinas. Pero el buen fútbol apareció en la ronda de grupos, incluyendo la fantástica goleada por 6-0 a Serbia y Montenegro, y las expectativas crecieron.

En octavos de final, México complicó las cosas hasta el genial gol de Maxi Rodríguez. En cuartos la derrota en los penaltis con Alemania, después de un 1-1 en el tiempo reglamentario, no empañó la campaña del equipo, que ahora mira al futuro con la seguridad tener en Lionel Messi, Javier Saviola, Carlos Tevez, Javier Mascherano y Lucho González un buen relevo para los consagrados.

Ecuador volvió a casa con el mejor capítulo de su historia en el fútbol debajo del brazo y una imagen de equipo solidario.

La clasificación para los octavos de final contra Inglaterra fue conmemorada como una gran hazaña, así como la dura pelea que plantearon, antes de caer con las botas puestas, por un soberbio y agónico gol de tiro libre de David Beckham.

Antes, con un juego alegre, gran despliegue físico y una luna de miel de sus delanteros con el gol, los jugadores del colombiano Luis Fernando Suárez desarbolaron a Polonia por 2-0 y a Costa Rica por 3-0, empujados por Carlos Tenorio, Tin Delgado e Iván Hurtado.

Ni la derrota por 3-0 sufrida en el cierre de la primera fase con varios reservas ante Alemania empañó la campaña ni arruinó el objetivo: terminar entre las mejores 16 selecciones del mundo.

Historia contraria vivió Paraguay con un conjunto que reunía lo mejor de su cosecha en los últimos años.

La consigna era superar las campañas de 1998 y 2002, que terminaron en octavos de final. Pero la vuelta se produjo antes con un magro balance de tres puntos, producto de derrotas por 1-0 ante Inglaterra y Suecia, y triunfo por 2-0 sobre Trinidad y Tobago.

La apuesta de Aníbal Maño Ruiz por una defensa cerrada y un contragolpe letal, careció de intérpretes idóneos pues Carlos Gamarra, que suele ser una auténtica muralla, terminó marcando en meta propia en el debut, y adelante Roque Santa Cruz jamás encontró su ritmo mientras que Nelson Haedo Valdez acusó las secuelas de su lesión en la rodilla derecha.

Resta ahora saber si la nueva zafra ofrecerá calidad suficiente para sustituir a Gamarra y Roberto Acuña, que han ensayado el adiós, y a otros consagrados que deben claudicar por el peso de la edad.

Con la palabra el portero Aldo Bobadilla, el defensor Julio César Cáceres, los centrocampistas Julio Dos Santos y Edgar Barreto, y los puntas Santa Cruz, Cuevas y Haedo Valdez.