Domingo, Villazón y Netrebko encienden mecha final del Mundial.
La soprano Anna Netrebko y los tenores Plácido Domingo y Rolando Villazón prendieron la mecha a la traca de fiestas que cerrará el Mundial con un concierto al que asistieron unas 20000 personas y fue transmitido por televisión a 60 países.
La canciller Angela Merkel, una apasionada de la ópera, varios ministros, figuras del fútbol como Karl-Heinz Rummenigge, magnates, aristócratas prusianos, y hasta el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, compartieron la velada con ciudadanos que pagaron por su entrada desde 45 euros, la más barata, a 1100 euros en reventa.
Argumentos no faltan a quienes hicieron semejante desembolso: Era la primera ocasión que Domingo, Villazón y Netrebko compartían escenario y nadie descarta que esta gala sea el embrión que de lugar a un nuevo trío operístico al abrigo del fútbol.
Así ocurrió hace exactamente 16 años, el 7 de julio de 1990. A sólo unos días de la final del Mundial de Italia, que ganó Alemania por 1-0 contra Argentina, Domingo, Luciano Pavarotti y José Carreras cantaron por vez primera juntos en la Termas de Caracalla. Fue el nacimiento de los tres tenores, de la ópera para el gran público.
Los defensores de esa popularización esperan que la historia se repita y que este concierto, el más esperado del programa cultural que acompañó las cuatro semanas de fútbol de Alemania 2006, haya sido el primero del trío Domingo, Villazón y Netrebko.
El escenario, al menos, no pudo ser más hermoso pese a la amenaza permanente de lluvia: La Waldbüne de Berlín, anfiteatro al aire libre situado en un bosque cercano al Olympiastadium, donde Francia e Italia se disputarán el domingo el título de campeón del mundo.
El concierto, titulado genéricamente Música para una noche de verano fue retransmitido por la cadena de televisión alemana, ZDF, a Noruega, Austria, Francia, Afganistán, India y Latinoamérica, lo que hizo que casi cien millones de telespectadores de todo el mundo disfrutaran de las arias más hermosas en la voz de los más grandes.
Domingo, en gran forma vocal y excelente aspecto, interpretó en solitario las arias E la solita storia, de la ópera L'Arlesiana, de Francesco Cilea y Vurría, de Furio Rendine. Fue ovacionado.
El joven tenor mexicano cantó con pasión Ah Parais! Parais, astre de mon ciel, de Le Mage (Jules Massenet) y cosechó grandes aplausos con el tema Júrame, de Maria Grever.
Netrebko, la nueva diva del bellcanto, eligió para su reaparición en la Walbüne las arias O mio babbino caro, de la ópera de Giacomo Puccini Giani Schicchi, y Meine Lippen, sie Küssen so heiss, de la Giuditta (Franz Lehár).
El primer dúo del concierto, que arrancó con la obertura de la ópera Nabucco de Giussepe Verdi a cargo de la orquesta de la Deutsche Oper de Berlín y bajo la dirección de Marco Armiliato, fue de Domingo y Villazón.
Eligieron Au fond du temple saint, una hermosa aria de seis minutos extraída de la ópera Les pecheurs de perles, de Georges Bizet, en la que Domingo asumió el registro de barítono dejando a Villazón el de tenor.
Los críticos mas avezados interpretaron el gesto del español como una entrega de relevo a quien él mismo considera su sucesor.
A ese dúo, en el que Domingo volvió a demostrar que sigue teniendo tablas y recursos para medirse en el escenario con solistas treinta años más jóvenes, le siguió su refinada interpretación de Gía nella notte densa, del Otello de Verdi, con Netrebko.
La primera actuación del trío fue con el aria Dein ist mein ganzes Herz, de la ópera de Lehár Das Land des Laechelns, a la que siguió, como cierre de programa, Man of La Mancha, de la obra de Leigh The impossible dream.
La combinación y armonía de esas tres voces fue sobresaliente, pese a que los solistas cantaron con micrófono y en el anfiteatro no hay prohibición de silencio. Lo tradicional es acudir al concierto, con los niños, cojines, mantas y una cesta con la merienda-cena.
Domingo, un gran apasionado del fútbol, cantará en el partido final del Mundial, esta vez Willkommen bei uns-Welcome, canción compuesta por su hijo, Plácido Domingo.