Quince mil ecuatorianos sufren en Palacio de Deportes de Madrid.
Un solitario gol de David Beckham en el minuto 59 de partido dio al traste con las esperanzas de los quince mil ecuatorianos que se reunieron en el madrileño Palacio de los Deportes, esperando ver la clasificación de su selección para los cuartos de final de un Mundial por primera vez en la historia.
El Palacio, que presentaba un aspecto inmejorable repleto de camisetas y banderas de Ecuador, vibró desde antes del inicio del partido al grito de Sí, se puede. Hoy vamos a hacer historia, gritaba repetidamente un aficionado.
Muy cerca de lograr dicho sueño estuvo el conjunto que dirige Luis Fernando Suárez cuando en el minuto diez, Carlos Tenorio no supo aprovechar un clamoroso fallo defensivo de Inglaterra. El delantero ecuatoriano anduvo lento, y permitió que Ashley Cole despejase su lanzamiento, que fue directo al larguero.
No me puedo creer, lo que acaba de fallar, no creo que volvamos a tener otra ocasión tan clara, comentaba desesperado otro aficionado.
Los ecuatorianos no dejaron de animar durante toda la primera mitad. Su portero, Mora, llevaba pintada en sus mejillas la bandera tricolor de su país, al igual que otros muchos seguidores en el Palacio de los Deportes.
Llegando al descanso, el juego de Ecuador sufrió un bajón que afectó por igual al público, y comenzaron algunos bostezos por el mal juego del encuentro y nervios por el gol que no llegaba, que se alternaron con gritos de el que no bota, es inglés.
Estamos aguantando bien a los ingleses, y creo que han aguantado bien la barrera psicológica de la primera parte sin encajar ningún gol, que me parece muy importante, señaló Mónica, una de las encargadas de espolear al público con sus comentarios.
Hay que ser realistas, sabemos que hay una gran diferencia de juego entre ambas selecciones, pero estamos satisfechos y creo que podemos alcanzar los cuartos de final, indicó David, compañero de Mónica.
La afición, al descanso, soñaba con una victoria apurada, según la gran mayoría, aunque algunos optimistas apostaban por una goleada, un 3-0.
En cambio, la decepción y el silencio más absoluto inundaron el Palacio cuando llegó el tanto de Beckham a los quince minutos de comenzar la segunda mitad, y aunque los animadores intentaron por todos los medios conseguir que la gente no se viniera abajo, los ánimos ya no fueron los mismos en ningún momento.
El equipo no se deshinchó y continuó llegando con peligro a la meta inglesa, pero todos los intentos fueron inútiles, e Inglaterra finalmente logró el pase a cuartos de final.
Estamos orgullosos de ser ecuatorianos, y orgullosos de nuestra selección, manifestó un aficionado aún con alguna lágrima entre los ojos.