La alegría y la camiseta de La Tri se adueñan de calles de Quito.
La alegría y la camiseta de La Tri, la selección de fútbol ecuatoriana, se adueñaron de las calles de Quito, donde miles de personas vestidas con esa prenda celebraron eufóricas la victoria del equipo por 2-0 ante Polonia, en su primer partido del Mundial de Alemania.
Además de las camisetas, banderas, pañuelos, globos, gorros, cintas y otros objetos de todos los tamaños y formas, pero siempre de color amarillo con pequeñas franjas azules y rojas, han invadido la ciudad y son el símbolo de una victoria celebrada unánimemente por el país, que se paralizó para ver el partido por televisión.
El frenesí llegó a su nivel máximo en la Avenida de los Shyris, del norte de Quito, centro habitual de celebraciones deportivas, políticas y sociales para los quiteños, en especial para los más jóvenes, donde se instalaron pantallas gigantes para seguir el partido, que vieron bajo la lluvia unas dos mil personas.
La alegría se inició en el inolvidable y bendito minuto 24, como lo definió un presentador de la televisión ecuatoriana, momento en el que el delantero Carlos Tenorio anotó el primer gol en la meta polaca en Gelsenkirchen: gritos, saltos y abrazos se mezclaban con risas y lágrimas de los mojados aficionados en la Shyris.
La euforia se desató en el minuto 80, cuando El Tin Delgado marcó el segundo tanto, que sentenció el partido y fue celebrado con gritos de Ecuador, Ecuador y sí se puede, que no cesaron hasta el minuto 94, en el que concluyó el encuentro.
Después del partido, el sí se puede se cambió por sí se pudo, ante el convencimiento de los ecuatorianos de que su equipo pasará a la siguiente fase del torneo mundial.
El partido finalizó poco antes de las cuatro de la tarde y, desde entonces, la Shyris, donde la lluvia dejó de caer pasadas las seis, se congestionó por la presencia de jóvenes quiteños, serranos, costeños y del oriente, que acudieron a celebrar la victoria.
Bailes improvisados con la música de los automóviles, puestos ambulantes de comida y bebida y miles de jóvenes felices bloquearon cinco de los siete carriles de la avenida, en la que sólo dos permanecieron abiertos para vehículos, que circulaban con lentitud.
Por una vez, los conductores no mostraban ningún mal humor al verse detenidos y saludaban sonrientes y haciendo sonar las bocinas a los que obstaculizaban su paso.
Un grupo de jóvenes, chicos y chicas, todos con la camiseta de la selección, con una gran bandera de Ecuador y una pequeña réplica de Copa del Mundo, hacían pasar a los automovilistas bajo la enseña nacional y les pedían que besasen el trofeo, que aseguraban que acabará en Quito.
Una de las chicas, Gina Castillo, sin dejar de bailar y saltar, con la voz ronca tras varias horas de gritar sí se pudo, sólo pudo decir que estamos celebrando a lo grande. Esto es lo máximo.
Un reportero de la emisora quiteña CRE, Fernando Cajo, transmitía en directo desde el lugar las celebraciones y aseguraba que hay mucha euforia en una celebración sincera e histórica, porque se ha ganado a un grande del fútbol, como es Polonia.
Tras varias horas siguiendo la celebración, Cajo destacó la ausencia de incidentes y apuntó, con algo de preocupación, que iba en aumento el consumo de alcohol, aunque lo justificó dada la alegría reinante, no sólo vivida en Ecuador, ya que en la emisora hemos recibido muchas llamadas de ecuatorianos de todo el mundo.
Los policías que controlaban la circulación y vigilaban que se mantuviera la calma sonreían y parecían especialmente benévolos, aunque una de las agentes, que sólo se quiso identificar como Graciela, reclamaba a los ocupantes de los vehículos, que pasaban con lentitud, que se pusieran el cinturón de seguridad.
Ha habido algún suceso menor, pero lo hemos controlado y no ha habido problemas, porque hasta ahora no están tomando mucho. Tampoco hay problemas con los conductores, que están contentos y emocionado y soportan con tranquilidad la congestión, aseguró Graciela.
La fiesta va para largo, auguraba Fernando Cajo, que veía como la noche de este viernes, 9 de junio de 2006, en el que ha comenzado el Mundial de Fútbol de Alemania, será larga para muchos ecuatorianos, que no se cansan de celebrar, eufóricos, la victoria de La Tri.