Las viudas del fútbol cambian de estado.
Las viudas del fútbol, esa masa de mujeres que al comienzo de los Mundiales pierden la atención de sus cónyuges y sólo la recuperan con el pitido final del último partido, constituyen una especie en peligro de extinción de acuerdo con las modernas pautas de comportamiento.
Las agencias de viajes todavía explotan un próspero negocio consistente en llenar de contenido el ocio de las viudas del fútbol, a las que ofrecen atractivos tales como un fin de semana ladies power en Suiza a razón de 72 dólares la noche en un hotel sólo para mujeres o viajes a islas perdidas en el Egeo para aquellas que prefieren alejarse del Mundial a cualquier precio.
Hoteles, salas de fiesta, sitios de internet, bares y pubs distribuidos por todo el mundo idearon programas de diversión para las mujeres durante el Mundial sin tener en cuenta que el sector femenino está adquiriendo cada vez mayor presencia en el fútbol, invadiendo territorios hasta hace poco exclusivos del prototípico hincha masculino.
Las mujeres todavía no practican el fútbol en forma tan profusa como los hombres, pero cada vez más intervienen en las conversaciones futbolísticas con criterios técnicos tan respetables como los de sus cónyuges.
La irrupción femenina en el fútbol es un fenómeno imparable que ya ha revolucionado el mundo de la moda y del deporte rey en una mezcolanza que tanto vale para las páginas deportivas como para las del corazón. El matrimonio Beckham es un referente obligado en el mundo de la moda y de la información rosa.
La audiencia femenina de los partidos de fútbol sigue creciendo en todo el mundo. En Francia'98 un 33 por ciento de las francesas siguieron habitualmente el mundial. Cuatro años después, en Cora-Japón, el porcentaje subió al 40 por ciento pese al glorioso desempeño de los bleus, que defendían el título y sin embargo cayeron en la primera fase sin marcar un solo gol.
La agencia Sports Marketing Surveys, que trabaja para la FIFA, entiende que la feminización es un fenómeno que afecta a todos los deportes, no sólo al fútbol. En todos los deportes hay un interés creciente de la mujer por el estilo de vida y la forma de vestir de los deportistas, considera su director, Nigel Geach.
La ciudad de Wagen, en la región alemana de Baden-Wurttenberg, se apresuró a capitalizar este interés y creó un campo de entrenamiento para mujeres que en poco tiempo captó a más de doscientas alumnas. A los pocos días, refiere una de ellas, se aficionaron de tal modo al fútbol que no sabían cuando dejarlo, aunque lloviera o nevara.
En Europa, Italia alcanza el mayor porcentaje de audiencia televisiva femenina para el fútbol (31,5 por ciento), seguida de Alemania (27), Inglaterra (24), Francia (19) y España (16,4), según datos de las empresas medidoras de audiencias en estos países referidas al último Mundial.
No hay datos fehacientes de la situación en América pero hay indicios que desmontan el tópico de que el fútbol no levanta pasiones en un país como los Estados Unidos que sólo parece amar los deportes que se practican con la mano.
Jaclyn Smith, estudiante norteamericana en España, considera que el fútbol es, probablemente, el deporte más practicado en su país, aunque no el más seguido por televisión, comentó.
Las cifras oficiales apoyan la teoría del estado floreciente del fútbol en el país del dólar. El Mundial de Estados Unidos'94 alcanzó una media de 68.991 espectadores por partido que entonces supuso un récord y después no ha sido batido en las dos ediciones siguientes: Francia sólo tuvo 44470 y Corea-Japón 42241.
La pujanza del fútbol femenino en los Estados Unidos habrá tenido mucha culpa de la masiva afluencia, parece que imbatible, a los estadios norteamericanos.