El tenis recupera a Martina Hingis, de nuevo reina de Roma.

Enviado por roberto el Lun, 22/05/2006 - 14:18

Ocho años después de su última victoria romana, a seis meses de distancia de su vuelta al circuito femenino tras tres años de ausencia, el tenis ha vuelto a recuperar a la suiza Martina Hingis, otrora número uno mundial y que este fin de semana ha reinado por segunda vez en su carrera en el torneo de Roma.

Un segundo triunfo en los Internacionales de Italia (ganó en 1998 y fue finalista en 1996) que le llega a Hingis tras derrotar en la final, en tan sólo dos sets, a la joven rusa Dinara Safina (n.16), por 6-2 y 7-5. Y del que, especialmente, debe estar de enhorabuena el tenis femenino; últimamente tan necesitado de más clase y de menos potencia física.

Martina Hingis, de 25 años y ocho meses, nacida en la eslovaca Kosice pero de pasaporte suizo, se tuvo que retirar en febrero de 2003 a consecuencia de problemas en los pies, según ella causados por el calzado deportivo (una firma italiana) que la calzaba y la patrocinaba.

Y, también, por qué no, una retirada que tenía el añadido de un cierto cansancio psíquico provocado por la tensión acumulada desde muy niña por su actividad tenística profesional.

Atrás, pese a su juventud, dejaba entonces una carrera impresionante: 40 triunfos en torneos individuales (cinco de ellos en el Grand Slam, con tres Abiertos de Australia, un Wimbledon y un Abierto de Estados Unidos), 36 en torneos de dobles; y 209 semanas como la número uno mundial, siendo la jugadora que ha alcanzado esta privilegiada posición a una edad más temprana.

Un balance que, en individual, la veía con 501 partidos ganados y sólo 111 perdidos.

Y un botín económico en ganancias por torneos de 18.806.506 dólares. Sólo mitos como la alemana Steffi Graf, la estadounidense Lindsay Davenport o la checa-estadounidense Martina Navratilova (de quien le viene el nombre) habían ganado más que ella.

Casi tres años de retiro, una vez resueltos su problemas físicos (dos operaciones de tobillo) y recuperada sus ganas de tenis profesional, a finales de noviembre de 2005, Martina Hingis decidió volver al circuito. Lo hizo en la posición 349 mundial y empezó jugando rondas nada habituales antes para ella.

Pocos creían en noviembre que volvería a las primeras posiciones mundiales, menos aún en que alzaría uno de los torneos importantes del circuito WTA como es el de Roma; especialmente este 2006, tan pronto.

Ya estuvo cerca de ganar este año el torneo Pan Pacific de Tokio, donde cayó ante la rusa Elena Dementieva; una jugadora de la que la propia Hingis se quejó este sábado -tras ganar las semifinales en tierras romanas- que entonces no la tuvo respeto.

Curiosamente, el Pan Pacific, en 2002, había sido el último torneo ganado por Martina Hingis hasta este de Roma 2006.

Antes de Tokio 2006, Martina ya había avisado de que volvía con la intención de luchar por lo más alto en el australiano Gold Coast (semifinales) y Abierto de Australia (cuartos). Después del torneo japonés, también llegó a cuartos de final el Dubai (Emiratos Arabes) y Berlin, y a semifinales en Doha (Qatar) e Indian Wells (USA).

Todo ello hizo que Martina ya se presentase en Roma con 25 partidos ganados y diez perdidos; en la posición número 23 mundial. Y ahora se va del Foro Itálico, donde jugó por vez primera hace diez años (sin cumplir aún los 16), con el torneo ganado, elevando su balance anual a 31 encuentros ganados y 10 derrotas; y con la posición número 14 mundial.

Pero, sobre todo, sale Martina revalorizada, con la satisfacción de haber vuelto al triunfo, de constatar que está en el buen camino de situarse nuevamente entre las mejores. Un triunfo que moralmente la debe valer muchísimo y la debe dar aún una mayor motivación.

Es cierto que en Roma no han estado las más grandes (Amelie Mauresmo, Maria Sharapova, Justine Henin-Hardenne, Lindsay Davenport o Nadia Petrova). Pero no lo es menos que ha dejado en la cuneta a jugadoras jóvenes de potencia e, incluso, a una Venus Williams (también 25 años) que era una de sus habituales rivales en la lucha por el primer puesto mundial (ambas se han enfrentado ya en 21 ocasiones, con ahora 11 triunfos de la suiza).

Está claro que el tenis de Martina Hingis aún dista mucho del que la llevó a la cima mundial. Deberá seguir trabajando sordo para volver a la elite, pues la impresión es que tiene aún algo lejos obtener este año un Roland Garros que es el único Grand Slam que, en individual (lo tiene en dobles), no ha conquistado en su carrera. Lo contrario sería milagro o que el tenis femenino está algo estancado.

Pero el circuito femenino debe estar ya feliz de recuperar a Martina Hingis como gran protagonista; como antagonista de un tenis que ha evolucionado mucho hacía la potencia física y dejado algo de lado el toque de clase y la lectura cerebral del juego.