Nadal le comió aún más la moral a Federer.
El español Rafael Nadal, número dos del mundo, no sólo completó ayer en un épico partido de más de cinco horas de duración ante el suizo Roger Federer una semana de excelente tenis en el Masters Series de Roma, sino que además dio un nuevo golpe moral al actual mejor jugador del mundo.
Nadal logró su segundo torneo consecutivo romano y su cuarto del año (Dubai, Montecarlo, Barcelona y Roma). Y sumó 53 triunfos consecutivos sobre la tierra batida, igualando el récord en poder desde 1977 por el mítico argentino Guillermo Vilas.
En el maratoniano partido de ayer en la central del Foro Itálico, endosó su tercera derrota del año a Federer, al que ya había ganado este 2006 en las finales de Dubai y Montecarlo. Suma ya cuatro partidos (finales) seguidos ganados al número uno mundial.
El suizo tuvo el partido en sus manos (un favorable 4-1 en el quinto set; luego dos bolas, con 15 a 40, en el duodécimo juego; y un 4 a 2 en el decisivo decimotercero); no lo es menos que mejoró en mucho sus anteriores actuaciones ante el manacorense sobre la tierra batida y evidenció una excelente preparación física.
No hay que olvidar que Federer, en cuartos (español Nicolás Almagro) y semifinales (argentino David Nalbandián), afrontó dos duros partidos, que se fueron al tercer set y que se prolongaron por más de dos horas y cuarto.
Pero no lo es menos que también Nadal, remontando un set en contra, se presentó en el cuarto dando impresión de estar más fresco. Que en su pasar por las anteriores rondas fue quien dio mejores sensaciones y más impresionó. Es cierto que lo pasó mal en primera ronda ante su amigo Carlos Moyá, donde cedió su único set antes de la final.
Y, sobre todo, Nadal volvió a demostrar, junto con un excelente tenis, que tiene una fuerza mental descomunal. Otro hubiera caído y levantado la bandera blanca de rendición.
Pero hizo prácticamente la misma remontada que en la final del pasado año ante el argentino Guillermo Coria (5 horas y 14 minutos y cinco sets): 0-3 en el quinto set y victoria en una alternante muerte súbita que le vio también por detrás.
La diferencia es que ayer estaba ante él todo un número uno mundial, un jugador que tiene todos los golpes buenos y un excelente servicio.
Remontó y ganó, además terminando jugando con excelentes golpes. Y la clave estuvo en el intercambio de pista con el 1-4. Ahí, en la silla, Nadal se ánimo a tope, se dijo varias veces su ya clásico ¡vamos!.
Lo mismo se dijo cuando se vio con dos bolas de partido en contra (15 a 40), en el duodécimo juego del quinto set. Se juramentó para el triunfo y se lo llevó.
Lo pagó caro Federer, que jugaba, como reconoció el día de antes, un partido para él más especial que para Nadal. Perder otra vez ante el español era terrible. Cayó, y además quedándose con el gusto aún más amargo de haberlo tenido cerca.
Nadal ya le domina por 5 triunfos a 1. La única derrota del español (Miami 2005) fue tras ser el español quien lo tuvo cerca (ventaja de dos sets a cero y el tercero decidido en la muerte súbita).
La moral de Federer habrá quedado más tocada ante el único jugador que le tiene tomada la medida. Y Roland Garros, el Grand Slam deseado por el suizo, y ganado la última vez por Nadal, a la vista. Y con el balear a punto de batir el récord de Vilas.