Lo bueno y lo malo.

Enviado por bielo el Mié, 03/05/2006 - 17:01

Liga Deportiva Universitaria ya está entre los ocho mejores de América. Sí, el cuadro Universitario ha dejado en el camino al poderoso Atlético Nacional de Colombia y ha inscrito su nombre para los cuartos de final del torneo más importante de clubes, la Copa Libertadores de América. La victoria en Medellín, sirvió para ratificar el excelente momento que atraviesa el equipo dirigido por Juan Carlos Oblitas.

En el cotejo de ida disputado en la Casa Blanca con una demostración de lo que es el fútbol moderno, velocidad, precisión y contundencia, Liga liquidó al conjunto paisa con un categórico 4-0, que prácticamente lo ponía en la siguiente ronda. Sin embargo en Medellín, los albos demostraron que lo que aconteció una semana atrás, no fue casualidad, de visitante, volvió a presentar un juego atildado, con seguridad y solvencia en todas sus líneas, dejó en claro cuáles son sus pretensiones en este torneo.

El marcador global es categórico, 5-0, como para hacer ilusionar al más escéptico y para invitar a soñar, sí, por qué no, a soñar, en que esta vez sí se puede llegar a ese objetivo, lograr un título a nivel internacional y de esa manera consolidar a quien hoy por hoy, es la institución más poderosa del fútbol ecuatoriano. Lo de Liga, no debe causar sorpresa ni nada por el estilo, es producto del trabajo, de la planificación y de la inversión que sus dirigentes han podido materializar en un equipo bien conformado y que es consciente de sus posibilidades, de la responsabilidad que mantienen consigo y con una hinchada que anhela llegar lo más lejos en el torneo continental. Esto es lo bueno, lo que representa el fútbol en su estado más puro, competir respetando los reglamentos y el juego limpio, dirimir superioridad en un terreno de juego con armas nobles, valorando el espíritu colectivo y capitalizando al máximo las individualidades. Esto es lo gratificante, lo positivo que nos depara el deporte.

El sueño está instalado sobre todo en la fiel hinchada, aunque Oblitas, viejo zorro del fútbol, conoce mejor que nadie que hay que seguir paso a paso, que todavía queda mucho camino por recorrer y que hay que superar escollos cada vez más difíciles, pero que sin duda hay una base, un equipo, que al mismo Oblitas, aunque públicamente no quiera reconocerlo, porque es parte de los códigos con que se manejan los entrenadores, en más de una noche lo ha llevado a soñar con levantar el ansiado trofeo de la Libertadores. Bien por L.D.U., por el fútbol nacional.

Lo malo, triste, lamentable y vergonzoso, lo que ocurrió la noche del domingo en el Capwell. Lo que era fiesta, alegría, en el clásico del astillero, se transformó en una horrible pesadilla, en terror y miedo, el mismo que sembraron un grupo de desadaptados, de delincuentes disfrazados de hinchas que armaron el mayor de los escándalos que tenga memoria nuestro fútbol. La violencia, la peste del fútbol se instaló en el escenario para dar paso al desconcierto y al despropósito. Las imágenes de la televisión mostraron lo que todos quienes amamos a este deporte repudiamos y rechazamos. No podemos permitir que esto vuelva a ocurrir.

Demandamos de la dirigencia deportiva severidad en sus sanciones, hay que cortar de raíz estas manifestaciones de brutalidad. Es una situación en que el Congreso Nacional debe tomar cartas en el asunto. Hace años atrás, la F.E.F. presentó un proyecto de Ley Antiviolencia en los escenarios deportivos, como muchos otros proyectos, duerme el sueño de los justos. ¿Qué esperamos? ¿una tragedia mayor? ¿que hayan muertos para ahí sí golpearnos el pecho? No. Es hora de actuar con firmeza, con frontalidad, sin que a nadie le tiemble el pulso. Todavía se puede rectificar, no permitamos que la violencia y la delincuencia terminen por privarnos de las pocas alegrías y satisfacciones que aún puede disfrutar el pueblo.