Sueño o pesadilla.
En los últimos días el fútbol ecuatoriano se ha visto involucrado en un penoso caso como es el de la denuncia de coyoterismo, creo que es así como se pronuncia, ya que estos temas relacionados más con la crónica roja, son muy ajenos a los que trato habitualmente, que son los estrictamente deportivos. Una situación lamentable y preocupante ya que involucra a funcionarios relacionados directamente con la F.E.F. y con la Selección Nacional. La Justicia ordinaria ha asumido como le corresponde, la investigación del caso a fin de esclarecer esta situación que sin duda mancha a la pureza del deporte y en este caso al fútbol.
Hay que necesariamente abrir un compás de espera para permitir, justamente, que las autoridades competentes determinen responsabilidades y puedan aplicar lo que establece la ley. Sin embargo, esto ha generado una serie de especulaciones, se han hecho públicas versiones sin mayores fundamentos, que como bola de nieve van creciendo, y que a su paso arrastran la honorabilidad y buen nombre de personas e instituciones, en definitiva, pienso que en muchos casos se ha manejado la información con muy poca responsabilidad.Se ha permitido que el sensacionalismo gane y por goleada a la objetividad.
Desde esta columna hago votos por que la verdad florezca limpia y transparente para bien de todos y en particular del fútbol. A todo esto vale la pena formularse una pregunta. ¿Cómo afecta esta situación a la Selección Nacional? La cuenta regresiva para el debut mundialista en Alemania, ante Polonia, está corriendo, el clima que se vive hoy por hoy ha dejado a la tricolor en un segundo o tercer plano. Es cierto que existe una planificación para la preparación de nuestro combinado, pero igualmente pienso que la responsabilidad, enorme por cierto, con todo lo que está ocurriendo ha crecido para el técnico Luis Fernando Suárez. En múltiples ocasiones el estratega nacional ha expresado, que es un aspecto que no influirá en lo más mínimo al rendimiento de los seleccionados. Confíemos en que Suárez tenga razón, aunque la tarea va ser ardua y complicada, ya que un escándalo de las proporciones como el que está atravesando nuestro balompié puede ser determinante para la actuación del equipo nacional.
Sería lamentable, que todo el esfuerzo, el respaldo y el apoyo que ha recibido el combinado nacional por parte del aficionado, se venga abajo cual castillo de naipes, y que el sueño de una participación exitosa, en nuestro segundo Campeonato del Mundo, pronto se transforme en una amarga pesadilla. Es conveniente entonces separar y diferenciar las cosas, que el aspecto legal se ventile en las instancias y con las autoridades competentes. De ninguna manera pretendo restar importancia a un tema tan delicado, por el contrario estaremos pendientes y vigilando para que las investigaciones lleguen hasta las últimas consecuencias y que por fin se conozca toda la verdad, pero también y a nombre de los auténticos hinchas solicitar que no se demaye o se deje de lado la preparación del equipo que nos representará en la próxima cita mundialista. Que nuestra selección siga siendo motivo de orgullo y de unión para el país.