Pobre nivel...

Enviado por bielo el Mar, 21/03/2006 - 16:10

Disputada la primera vuelta de la primera etapa del Campeonato Nacional, si bien es cierto no es el momento más oportuno para establecer un balance, sí es conveniente hacer algunas puntualizaciones. Lamentablemente el nivel del torneo deja mucho que desear, son muy pocos los partidos que han justificado el membrete de cotejos de primera división. La irregularidad y la escasa presencia de jugadores que se conviertan en carta de garantía para el espectáculo ha sido el denominador común en estas primeras jornadas.

Hay dos equipos que escapan a esta generalidad y que han marcado con sus actuaciones una diferencia clara y notoria y que los colocan al menos, uno o dos peldaños sobre los demás. Nacional y L.D.U. han respondido a las expectativas y han sacado ya una diferencia que sin lugar a duda la reflejarán al final de la temporada. El poco espectáculo se pone de manifiesto con las pobres asistencias y por ende en las bajas recaudaciones que afectan a las economías de los clubes y que desembocan en serios problemas que terminan por afectar el aspecto deportivo. El aporte de los jugadores extranjeros, ha vuelto a ser insignificante, casi nulo. Es lamentable que a la mayoría de los dirigentes les preocupe más el tema de cantidad que de calidad, situación que por supuesto conlleva a convertir la llamada inversión en un simple gasto.

Al hacer un análisis de la legión extranjera son muy pocos los que han logrado destacar. Mondaini y Escalada, dos pibes argentinos que arribaron a nuestro fútbol sin ninguna historia, que en sus valijas trajeron hambre de fama, de gloria y que con la frescura y atrevimiento propia de los jóvenes han logrado marcar diferencias y justificar la condición de foráneos. A ellos, hay que sumar los nombres de Roberto Palacios, Marcelo Elizaga, Xavier Klimovicz, hasta que las lesiones lo respetaron, que han ratificado lo que ya mostraron la temporada anterior. Nada más. El resto ha sido de mediocre para abajo.

En la presente temporada, la F.E.F. en busca de brindar mayores oportunidades a los jugadores juveniles, estableció por reglamento, la inclusión en la formación titular de un elemento menor de 19 años, aspecto que lejos de ser un beneficio se ha convertido en un perjuicio por el tratamiento y manoseo al que han sido sometidos por la mayoría de los técnicos y que se ha convertido en una vergüenza y en un papelón. Queda claro, que todo aquello que es por imposición, está condenado al fracaso, y que debe ser revisado en forma urgente para no causar más daño a aquellos que siguen soñando en convertirse en figuras del futbol.

El arbitraje, una vez más ha caído en la polémica y el cuestionamiento. El afán de muchos jueces, por convertirse en protagonistas ha desvirtuado en muchos casos su verdadera labor, la de impartir justicia en los campos de juego. Alarcón, Carpio y Reinoso se convierten en este rubro en lo más rescatable. Sin duda es muy poco. Felizmente hay todavía mucho camino por recorrer, y la oportunidad de enmendar y corregir está latente. La esperanza es lo último que se pierde.

Es hora de reflexionar y aplicar los correctivos en los diferentes estamentos que hacen el fútbol ecuatoriano. Esto es como un carrusel y mientras todos empujemos para el mismo lado, habrá mayores y mejores posibilidades de crecer y progresar. El compromiso es de todos, dirigentes, entrenadores, jugadores, periodistas y aficionados. Estamos a las puertas de participar en un nuevo Campeonato del Mundo y el nivel del torneo nacional debe responder al honor que con justicia y merecimiento nuestra selección alcanzó con la clasificación a la máxima cita del fútbol mundial.