La UEFA celebra los 50 años de su competición estrella.
La UEFA aprovechó el sorteo de cuartos de final de la Liga de Campeones para celebrar en París los 50 años de la Copa de Europa, en una ceremonia que contó con la presencia del español Paco Gento y del inglés Steven Gerrard y que estuvo marcada por el desmayo de la presentadora.
La flor y la nata del fútbol europeo se dio cita en el Ayuntamiento de París no sólo para conocer los emparejamientos de la línea recta de la competición, sino también para entregar a la capital francesa el trofeo que se pondrá en juego el próximo 17 de mayo en el Parque de los Príncipes.
A Michel Platini le entregaron una placa y Gento, el único hombre que ha ganado seis copas de Europa, acompañado de Gerrard, el capitán del Liverpool, el último vencedor, subieron al escenario el trofeo que tiene grabados los nombres de todos los ganadores.
Una copa nueva, porque el Liverpool ganó el derecho de conservar la anterior ya que lo lograba por quinta vez en su historia.
Entre vídeo y vídeo, la conductora del acto, la conocida presentadora francesa Carole Rousseau, perdió el equilibrio en un par de ocasiones, lo que obligó a Gento a asistirla de forma improvisada.
La primera vez se tambaleó cuando el madridista parecía no entender las preguntas que le hacía en un mal castellano y Gento tuvo que atenderla ayudado por el alcalde de París, Bertrand Delanoe.
Unos minutos más tarde, volvió a ser la Galerna del Cantábrico quien fuera a asistir a la presentadora que, involuntariamente, se había convertido ya en la estrella de una ceremonia que había juntado a estrellas como Michel Platini o Laurent Blanc.
Hasta tal punto de que el secretario general de la UEFA, Lars-Christer Olsson, aseguró al retomar el hilo conductor del acto con cierta ironía que un sorteo de la Liga de Campeones siempre es dramático.
Luego llegó el ritual de las bolas, que corrió a cargo de Laurent Blanc -embajador de la edición de este año de la Liga de Campeones- y del presidente de la Federación Austriaca de Fútbol, Friedrich Skickler.
La suerte emparejó al Arsenal con la Juve, al Lyon con el Milan y al Villarreal con el ganador de la eliminatoria entre el Inter y el Ajax de Amsterdam.
Sólo quedaban dos bolas, las del Barca y el Benfica, que esperaban ansiosos para ver dónde se jugaría la vuelta. Los españoles tuvieron más suerte.