El sorteo de las dos últimas rondas de la Liga de Campeones ha deparado el mejor de los escenarios posible para el equipo de Frank Rijkaard que ha evitado inicialmente, como deseaba, a un rival italiano y dispondrá de la posibilidad de jugar en casa la vuelta de los cuartos de final y las semifinales, en caso de clasificarse.

Esas dos condiciones eran las deseadas por los jugadores barcelonistas y también por el secretario técnico, Txiki Beguiristain.

El enfrentamiento ante el Benfica, que viene de eliminar al Liverpool en octavos, es el tercero de los catalanes ante los lisboetas. El primero fue en la final de Berna (1961), resuelta a favor de los portugueses, y el segundo fue en la liguilla de semifinales en 1992. El Barcelona empató en Lisboa (0-0) y ganó en casa (2-1).

En el caso de pasar esta eliminatoria, el rival en semifinales sería el ganador del enfrentamiento entre el Olympique de Lyon y el Milan, con la vuelta en Barcelona.