Borra y va de nuevo.
Es normal al arranque de una temporada futbolística, la ilusión de dirigentes e hinchas de un equipo por alcanzar el éxito. La contratación del técnico, los refuerzos nacionales y extranjeros, determinan el nivel de expectativa de aquellos. El conseguir dinero y utilizarlo correctamente, califica la capacidad de gestión de quienes están al frente de una institución. El campeonato empezó, los primeros resultados tienen a unos pocos contentos y a la mayoría preocupados, otra vez el análisis y llega el borra y va de nuevo.
En nuestro fútbol es común que a las primeras de cambio se tomen medidas correctivas, la salida de dos técnicos y jugadores extranjeros, es la mejor muestra de la forma impulsiva como actúan ciertos dirigentes, resulta que quieren el éxito, pero equivocan los caminos para llegar al mismo. La contratación de los refuerzos la hacen en base a su gusto, determinan nacionalidad, características y posición de quienes llegarán al equipo, incluso llegan a contratar preparadores físicos y ayudantes de campo y por último lo primero, buscan el técnico.
El fracaso es algo previsible, cuando se actúa con tanta incoherencia el o los equipos quedan eliminados de la Copa Libertadores y en el campeonato ocupan puestos secundarios, y se repite la historia. Otros en cambio ponderan las cualidades del técnico que han conseguido para su equipo, además mencionan el esfuerzo realizado para su contratación, tras los primeros malos resultados, empieza el malestar y terminan criticando públicamente el planteamiento utilizado, los jugadores elegidos para el partido, lo tarde que efectuó las variantes y además el rendimiento de los jugadores extranjeros.
La diferencia la marcan aquellos que con prudencia analizan las cosas, en situaciones difíciles escuchan pero no se apresuran, que no se dejan llevar por dos o tres resultados adversos, que creen en el trabajo de las personas que eligieron, al final sus equipos lucharán por el título mientras los otros serán solo participantes del torneo.