El Barcelona ganó en Stamford Bridge en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones un partido (1-2) que hizo historia, al romper la condición de invicto del conjunto inglés en su estadio, donde no perdía desde hacía 49 partidos, precisamente desde que José Mourinho asumió el cargo.

Había logrado el Chelsea de Mourinho hacerse tan fuerte en su estadio que ningún equipo había ganado en Stamford Bridge desde que el polémico entrenador portugués llegase a Londres, en el verano de 2004, tras sorprender a toda Europa con el modesto Oporto y hacerlo campeón de Europa. En total, el Chelsea, el equipo más competitivo de las islas británicas, sumaba 38 victorias y once empates en competición oficial.

Con tanta fuerza ha marcado su sello Mourinho en el Chelsea que el equipo londinense ya se había acostumbrado a tramitar sus partidos en casa con una solvencia puramente rutinaria, tanto en Liga como en la Copa inglesa o la Liga de Campeones.

La racha se rompió gracias al Barcelona de Frank Rijkaard, precisamente el único entrenador del equipo azulgrana que ha logrado ganar por partida doble en el Santiago Bernabéu. Sus decisiones, además -apostó por Larsson sacrificando a Motta-, cambiaron definitivamente el rumbo del partido le cargaron de razón cuando muchos se temían que el Chelsea sentenciase el partido a su favor.

En un partido vibrante, épico por momentos y con remontada incluida, el Barcelona obtuvo una victoria tan importante como prestigiosa y acabó el encuentro coreado por los 2.500 seguidores barcelonistas y al ritmo de los olés de su público

También derrumbó el Barcelona todos los comentarios que había levantado el aspecto del césped de Stamford Bridge, más propio de los crudos inviernos de Europa del Este que del húmedo Londres.

En un campo embarrado, impracticable por momentos, el Barcelona se agarró a la inspiración de su emergente estrella, Lionel Messi, y al acierto puntual de Ronaldinho y Eto'o para embolsarse una victoria histórica, derrotando a su rival continental del momento y haciendo que Mourinho doblase la rodilla por vez primera en Stamford Bridge.

En su partido 400 en competición europea, el Barca también logró la primera victoria de un equipo español en el estadio del Chelsea. De las siete visitas de equipos de la Liga a Stamford, sólo el Mallorca (1-1) en la temporada 1998-99 logró puntuar.