El césped sintético hizo su debut en la Copa Libertadores.
La disputa del partido del grupo 2 de la Copa Libertadores entre el Sporting Cristal y el Independiente Santa Fe permitió ver por primera vez la disputa de un encuentro de este torneo en un campo de juego sintético.
El choque, que terminó con victoria de 1-2 para los visitantes, se jugó en el Estadio Nacional de Lima, al que se le instaló el año pasado el terreno artificial para la celebración del Mundial sub 17.
El escenario deportivo contó con la aprobación de la Conmebol para ser sede de los partidos que jugará el Sporting en esta edición de la Libertadores, ya que tiene el aval de la FIFA.
Las características de la cancha han sido, sin embargo, cuestionadas por equipos como el Estudiantes de Argentina, que a comienzos de este año manifestó su oposición a jugar en ella, pero posteriormente debió acatar la orden de la Conmebol.
Esta polémica no ha sido ajena al fútbol peruano, ya que fundamentalmente los jugadores del Alianza Lima han señalado que el terreno es muy duro, provoca que el balón tenga demasiado bote y puede causar serias lesiones a los jugadores.
Las autoridades deportivas peruanas han recordado, sin embargo, que en los cinco estadios que fueron sede del mundial juvenil se desarrollaron 32 partidos sin inconvenientes y sin una sola lesión atribuible al terreno de juego.
En el partido de hoy se produjo la lesión del uruguayo Daniel Gamarra, del Santa Fe, quien a los 34 minutos de juego sufrió un aparente esguince (torcedura) al seguir de largo cuando intentaba arrebatarle un balón a su compatriota Sergio Leal.
Gamarra regresó al campo tras unos minutos, pero luego pidió ser cambiado antes de la finalización del primer tiempo de juego.
Esta lesión podrá, seguramente, ser usada por los detractores de la innovación tecnológica como un ejemplo del riesgo que implica, al producir menor fricción, pero los que apoyan su uso bien pueden achacarla al ímpetu del jugador, conocido en Perú porque en 2004 ganó la Recopa Sudamericana con el Cienciano del Cuzco.