El ministro italiano del Interior, Giuseppe Pisanu, ha invitado a las autoridades civiles a que apliquen las normas vigentes con la máxima severidad y, con ello, suspender los partidos donde se muestren símbolos o pancartas que inciten a la violencia, al racismo y a la xenofobia.

La invitación del ministro viene tras lo acontecido el pasado domingo en el partido liguero Roma-Livorno (3-0), en donde en la zona ocupada por los más radicales hinchas romanistas comparecieron un buen número de pancartas con la cruz gamada e, incluso, con la figura del dictador fascista Benito Mussolini. Asimismo, se entonaron cánticos fascistas.

Fuera del estadio, la policía se vio obligada fuera del estadio a intervenir para evitar enfrentamientos entre ambas aficiones, especialmente iniciados por los seguidores romanistas. En los registros policiales fueron encontrados seis cócteles molotov, que estaban escondidos bajo un puente ubicado en las cercanías del estadio y que, según los agentes del orden, estaban preparados para ser arrojados contra los autobuses que transportaban a los aficionados livorneses.

Lo acontecido ha levantado un gran revuelo en todos los sectores italianos, entre ellos el propio alcalde de Roma, Walter Veltroni, y la comunidad judía romana, donde se pide que las autoridades deportivas y civiles adopten medidas para que no vuelvan a suceder actor parecidos.

Todo ello, días después de la celebración el pasado viernes en toda Italia de la denominada jornada del recuerdo, por la persecución sufrida por los judíos por parte del nazismo.

Desde algún sector se criticó al árbitro del partido por no haber ordenado parar el juego hasta que no fueran retiradas las pancartas y los signos fascistas.

Ahora, el ministro del Interior ha invitado también a las autoridades civiles para que sean ellas las que procedan a la suspensión del encuentro de producirse actos similares.