Gravesen se queja de la prensa y acusa rivales de fingir faltas.

Enviado por roberto el Mar, 24/01/2006 - 13:44

Thomas Gravesen, el centrocampista danés del Real Madrid, dijo que está cansado de la prensa española, a la que acusa de crearle una fama de duro que influye en árbitros y rivales, y criticó la cultura del fingimiento del fútbol español.

Es algo que se ve sobre todo en el campo. Los árbitros y los rivales leen la prensa, y es como si se creara una atmósfera en torno a mí. Los contrarios se tiran antes de que me acerque y los árbitros me sacan tarjeta más rápido, como si pensaran: aquí viene ese matón del Real Madrid, declaró hoy al diario Ekstra Bladet.

Gravesen, quien aseguró que ya no hablará con la prensa española, censuró que, en España, los jugadores tienen la costumbre de tirarse cuando pierden el balón, incluidos varios de sus compañeros, y funciona, porque pitan falta nueve de cada diez veces.

Es una cultura completamente distinta: al contrario que en Dinamarca, Alemania o Inglaterra, donde se castiga a los que fingen, en España se ve casi como algo positivo, afirmó el jugador danés.

El centrocampista blanco resaltó que en su posición era imposible evitar el contacto físico y que era difícil reaccionar cuando sólo con acercarse un poco, la gente se lanzaba al suelo como si le hubieran dado una patada brutal.

Gravesen, que cree que a compañeros como Sergio Ramos o Pablo García les sacan tarjetas injustas, tildó esa costumbre de fingir de cobarde y resaltó: Nunca me acostumbraré a que eso sea legal, el día que lo haga, me retiro en el acto.

En sus críticas a los medios españoles, el mediocentro danés menciona especialmente a El País por recomendarle con ironía tratamiento psiquiátrico en una crónica por su fogosidad.

Tiene todo el derecho a dar su opinión, le pagan por dar titulares, pero ese periodista no me conoce como persona, así que no puede juzgarme. Además, un día escribe una cosa y, otro, otra. Así es aquí, hay que acostumbrarse, declaró.

No obstante, Gravesen dijo que su autoestima estaba al máximo porque no le influía lo que decían o escribían sobre él, y se mostró contento por sus últimas conversaciones con el técnico.

Me explicó por qué estuve en el banquillo y me aseguró que no era porque considerara que no tenía nivel. Le dije que necesitaba jugar para estar satisfecho y cómo podía sacar más de mí, dijo Gravesen, quien volvió a quejarse de su rol defensivo.