Inter venció al Cagliari sin el grueso de su hinchada.
En Milan, el Inter-Cagliari ha estado marcado por la polémica: los aficionados interistas no aparecieron en su grada habitual en protesta por la sentencia que ha condenado a cuatro de ellos a cinco años alejado de los estadios por sus cánticos racistas en el partido jugado en Messina; dudoso penal señalado en favor del Inter; y dos no pitados a favor del Cagliari.
Un partido que se le puso muy pronto favorable al Inter, con un 2-0 en el primer cuarto de hora, en goles del nigeriano Oba Martins (m.10), con el permiso de su selección en la concentración para la Copa de África, y del brasileño Adriano (m.14).
Luego, descontó el cagliertano Esposito (m.20) y empezó la polémica sobre el colegiado: antes del descanso, los visitantes solicitaron la pena máxima en la caída del hondureño David Suazo dentro del área local.
En cambio, el árbitro sí sancionó con penalti, en el minuto 58, una caída de Adriano, que más pareció producto de un propio resbalón, y que el brasileño transformó en el 3-1.
Pese a parecer el partido decidido en favor de los interistas, los minutos finales resultaron agónicos para los locales. Máxime tras el 3-2 obra de Suazo (m.81), en saque de falta. Y, al final (m.90), llegó una nueva polémica al no ser señalado un derribo del argentino Walter Samuel sobre el hondureño que parecía claro.
El Inter, eso sí con polémica, se llevaba su primer triunfo de 2006, anotando también sus primeros goles del año.