Más calidad que cantidad.

Enviado por roberto el Mié, 11/01/2006 - 10:25

El campeonato ecuatoriano de fútbol, versión 2006, está a la vuelta de la esquina. El 29 de enero se inicia la temporada y con ella nacen nuevas ilusiones y expectativas. Los directivos de los diferentes clubes, unos más, otros menos, de acuerdo a su capacidad económica, hacen notables esfuerzos por reforzar sus planteles, contratando jugadores nacionales y extranjeros. Para quienes estamos dentro del fútbol, ha sido lamentable constatar que, en la mayoría de los casos, por no decir la generalidad, el aporte extranjero ha estado marcado por la mediocridad.

Según el reglamento los equipos pueden utilizar cuatro elementos foráneos, pero en el fútbol nacional, amparados en ese reglamento, durante el año desfilan siete u ocho jugadores extranjeros que al final se van sin pena ni gloria y sin dejar huella de su paso por nuestro balompié. Si cuantificamos cuánto es lo que gastan, porque ese es el término, ya que de ninguna manera es una inversión, en la presencia de los tan esperados refuerzos extranjeros, fácilmente se puede advertir que entre el 30 o 40% del presupuesto se va en este rubro.

Confiemos en que este año, en un país donde cuesta y mucho, ganar en dólares, el aporte de jugadores extranjeros responda más a la calidad que a la cantidad. La experiencia en los últimos años, demuestra que son pocos, muy pocos los jugadores que vienen del exterior y que justifican tal condición, por supuesto que hay excepciones de jugadores que han llegado y se han convertido en imán para las hinchadas y las taquillas, convirtiéndose en elementos positivos para nuestro fútbol.

Es por eso que me sorprendió que en el pasado congreso ordinario del fútbol ecuatoriano, a ningún dirigente se le cruzó por la mente plantear una reforma al reglamento para reducir el número de jugadores extranjeros en busca de mejorar el nivel y la categoría en las contrataciones. Muchos dirigentes se conforman con llenar el cupo de 4 jugadores extranjeros, sin un análisis de su trayectoria y jerarquía, y en muchas ocasiones, porque la historia está escrita, son sorprendidos por empresarios deshonestos, que hábilmete logran meter algunos paquetes que evidentemente se estrellan y fracasan rotundamente.

Nuestro fútbol ha crecido, el jugador ecuatoriano ha mejorado su nivel y en gran porcentaje su actitud ante la profesión lo sitúa en igualdad o superioridad de condiciones para competir con el extranjero. No quiero pecar de chauvinista, pero es la realidad. Bienvenidos aquellos jugadores que vienen a aportar, que son atracción para el torneo y que se convierten en soluciones para los equipos, y que a su paso por nuestro fútbol dejan enseñanza y se convierten en ejemplo para los jóvenes jugadores. Lejanos están los tiempos en que venían a inventar el fútbol, o como a nuestros antepasados a cambiarles oro por espejos. Que el torneo del 2006 sea la excepción y que en la presencia de los jugadores foráneos encontremos más calidad que cantidad.