Milan consiguió una abultada victoria ante el Messina por 4 a 0.
En el estadio de San Siro, el Milan recibió la Reggina y la goleó por 4 a 0, con un doblete de Andrij Shevchenko (el primero de penal) y goles de Andrea Pirlo (tiro libre) y Alberto Gilardino.
Con este resultado, el Milan tiene 34 puntos y ocupa la tercera posición, mientras que el Messina suma 12 unidades y precede por apenas un punto el terceto que cierra la tabla de posiciones (Parma, Lecce y Treviso).
El resultado, que duda puede haber, fue correcto: el Milan tardó unos minutos para superar los efectos psicológicos de la derrota en el clásico ciudadano, pero luego de ponerse en ventaja jugó realmente muy bien y pudo ganar por aún más diferencia.
Al comienzo el Messina se cerró muy bien atrás y los rossoneri encontraban algunas dificultades para encontrar los pacios transitables.
En jugadas de pelota detenida hubo dos penales muy evidentes sobre Shevchenko pero el referí, a su primer partido en San Siro, no quiso pasar por localista y no pitó nada.
Al final, acabó concediendo el penal en la ocasión menos clara: la falta sobre Gilardino existió pero fue bastante venial. De cualquier manera Sheva transformó la pena máxima en gol.
Sobre el final de la primera etapa el Messina realizó las dos únicas incursiones ofensivas de todo el partido, ambas veces de la mano de Giuseppe Sculli, quien desequilibró por derecha, aprovechando la tendencia de Serginho de ir arriba rápido pero volver lentamente, y creó algún peligro para el arco local.
En el complemento el Milan salió decidido a cerrar el trámite y lo logró con una jugada hermosa, una doble pared Gilardino - Kaká - Shevchenko con golpes de taco de los dos primeros y exacta definición cruzada del goleador.
En esta fase creció muchísimo la figura de Kaká, quien protagonizó improvisas aceleraciones que destrozaron la defensa visitante.
El tercero, una vez más, fue obra de Pirlo, quien ejecutó un tiro libre concedido por falta sobre Kaká y marcó su quinto gol consecutivo por esa vía como local.
Le preguntamos a Pirlo porque sus tiros libres son exitosos sólo como local y él nos contestó que eso depende de la pelota: él se entrena con el balón del Milan, pero cuando el equipo es visitante se juega con otro diferente y las trayectorias no son las mismas.
Desde enero, todos los partidos se jugarán con la pelota del Mundial Alemania 2006 y esto debería permitirle al volante eliminar esta diferencia de rendimiento.
El último tanto fue obra de Gilardino, pero llegó por mérito de Massimo Ambrosini, quien regresaba luego de tres meses de ausencia y peleó con garra un balón en el borde del área antes de entregarlo: el delantero definió con un derechazo al primer palo bastante simple.
La cosa que más debe haberlo puesto feliz a Ancelotti es que esta vez su equipo no sufrió goles en jugada de pelota parada.
De hecho, en San Siro el Milan no dejó ni un solo punto en el camino, pero los problemas llegan de viaje y el miércoles hay que visitar un rival muy complicado como el Livorno.
El Messina se defendió como pudo, inclusive abusando de las faltas, pero era evidente que no iba a poder aguantar por los noventa minutos.
De cualquier manera, el equipo isleño padrá jugarse la permanencia en otras canchas más accesibles que San Siro.