Juventus la pasó muy mal en Roma ante Lazio.

Enviado por roberto el Lun, 19/12/2005 - 10:48

En el estadio Olímpico de Roma, la Lazio y la Juventus empataron por 1 a 1, con goles de Tommaso Rocchi y David Trezeguet.

Con este resultado, la Juventus suma 43 puntos y sigue liderando cómodamente el torneo, mientras que la Lazio tiene 23 y por ahora, esperando los resultado del domingo, se ubica en la octava posición.

Raramente, en casi cuatro décadas de ver este hermoso deporte, habíamos asistido a un arbitraje tan escandaloso y parcial.

Los errores son humanos y pueden perdonarse, pero lo que hizo el referí Pieri hoy en el estadio Olímpico, por todos los 90 minutos y especialmente al final del primer tiempo, es algo que excede la equivocación y debe ser catalogado como precisa y voluntaria decisión de favorecer a un equipo respecto al otro.

Sobre el final de la primera etapa Pavel Nedved, quien ya estaba amonestado y ya debió haber sido expulsado por doble amarilla, tuvo un clarísimo gesto de reacción hacia Liverani, agarrándolo por el cuello con las dos manos.

El referí no puede alegar no haber visto, porque él mismo fue a separar a ambos y lo abrazó al jugador checho alejándolo del lugar.

Como semejante actitud no haya merecido - era sin duda roja directa - ni siquiera la segunda amarilla es algo que se escapa totalmente a nuestra comprensión, pero es evidente que el referí quiso favorecer a la Juventus ahorrándole la expulsión del volante.

Ese fue tan sólo el hecho más evidente, pero hubo mucho más que eso. La Juventus, con un referí apenas decente, debería haber terminado el primer tiempo en 8 hombres, porque además de Nedved merecieron la expulsión Vieirá (por doble amarilla) y Cannavaro, por una entrada asesina sobre Behrami, en ese momento el mejor jugador de la Lazio y que tuvo que salir de la cancha - remplazado por Keller - por la lesión sufrida a causa de la falta del defensor.

Ojo, obviamente eso jamás hubiera pasado: luego de la primera expulsión seguramente los demás hubieran modificado su actitud, y es justamente para eso que sirve una sanción disciplinaria. Además, la Lazio hubiera podido encarar todo el segundo tiempo con una ventaja importante y quizás decisiva.

Por encima, hubo un clarísimo penal de Chiellini sobre el mismo Behrami, pero obviamente el referí no cobró nada.

El empate, claro está, le queda muy apretado a la Lazio, que en el primer tiempo dominó totalmente el partido y debió haberse retirado en ventaja en el marcador y en superioridad numérica.

El dominio de la Lazio nació de la superioridad de los locales en la zona central. Sin Emerson y con Vieirá en malas condiciones, la Vieja Señora se vio en apuros porque Liverani y Dabó coparon el círculo central, y especialmente el primero fue por lejos la máxima figura del partido, con una actuación sin fisuras y de enorme cantidad y calidad.

Para mejor, por el carril derecho Oddo y Behrami se juntaban muy bien para escalar metros en la cancha, mientras que Paolo Di Canio se ubicaba entre las líneas rivales y desde ahí creaba peligros con buena continuidad. El gol llegó justamente de una iniciativa de Di Canio, quien luego de liberarse apenas afuera del área, sacó un remate que fue desviado hacia la línea de fondo por un defensor.

Di Canio siguió la jugada y fue a apurarlo a Thuram junto a Manfredini. El defensor se dejó robar la pelota justo sobre la línea de fondo y Manfredini la entregó hacia atrás a Rocchi, quien estaba en posición inmejorable para anotar y lo hizo con un derechazo medido.

La Juventus encontró el empate en su primer ocasión del primer tiempo: tiro libre desde la derecha, ejecutado por Camoranesi en forma de centro pasado, y por el segundo palo Nedved la cabeceó hacia el medio donde, casi sobre la línea de sentencia, Trezeguet demostró una vez más su enorme olfato goleador y la empujó adentro de cabeza.

A ser fiscales, podría decirse que Trezeguet le cometió falta a Siviglia en la ocasión, pero decir eso sería como protestar por un mosquito mientras un elefante te está pisando la cabeza.

La segunda etapa fue mucho más equilibrada. La Lazio ya no tenía el vigor físico y el empuje del primer tiempo, y por encima el juego se volvió aún más entrecortado por las faltas, por cierto de ambos lados.

Al final el balance indicó 61 faltas totales, realmente una enormidad, pero con semejante referí no puede pretenderse que eso implique algún tipo de sanción disciplinaria.

La Juventus tuvo un par de ocasiones para ponerse en ventaja, pero los reflejos de Angelo Peruzzi, especialmente en ocasión de un remate a quemarropa de Trezeguet, impidieron esa monstruosa injusticia.

El final le fue otra vez favorable a la Lazio, pero Tare y Pandev, ingresados por Rocchi y Di Canio, desperdiciaron un par de ocasiones favorables, especialmente el primero, que cabeceó afuera un centro desde la derecha de Keller desde posición inmejorable.

La Juventus es un equipo muy fuerte, y también en las noches malas logra sacar resultados en limpio. Sin embargo, evidentemente no confía en sus posibilidades, porque necesitar semejantes ayudas arbitrales con diez puntos de ventaja es todo un síntoma de inseguridad.

Justamente este partido demuestra que el campeonato sigue vivito y coleando: la Lazio es un equipo del segmento central de la tabla y sin embargo fue muy superior del más titulado rival.

Hay que sacarse el sombrero ante Delio Rossi: con muy pocos medios a disposición, diseñó un equipo que juega realmente muy bien al fútbol y por encima desarrolla un tipo de juego muy agradable y equilibrado.

El octavo puesto es realmente merecido y, visto lo que pasó el domingo anterior en Livorno y lo de hoy, realmente la Lazio podría tener unos cuantos puntos más y ocupar una posición aún más sorprendente.