Ganó la Juve y toma ventaja en la punta de Italia.
La Juventus visitó a la Fiorentina y la venció por 2 a 1, con goles de David Trezeguet y Mauro Camoranesi. Giampaolo Pazzini había puesto el tanto del transitorio empate en uno. Con este resultado, la Juventus suma 39 puntos en 14 fechas y extendió a 8 su ventaja sobre el Milan, mientras que la Fiorentina sigue con 29 y comparte con el Inter la tercera plaza.
Trece triunfos en catorce partidos, además de ser la enésima nueva marca conseguida por este equipo, obviamente no pueden ser causales. Es evidente que Fabio Capello logró plasmar un cuadro extraordinario, que confía en sus medios y cree en el triunfo hasta el último momento. En este caso, la Fiorentina le había jugado de igual a igual a la Vieja Señora y tres veces los leños le negaron el gol, una de las cuales hubiera representado también la ventaja a pocos minutos del final. Es decir que el empate podía ser un buen resultado para la Juventus, conocedora de la derrota del Milan, pero a dos minutos de la conclusión aprovechó su ocasión y puso una hipoteca pesadísima sobre el campeonato.
Más que una simple hipoteca, quizás, porque el próximo fin de semana Milan e Inter se enfrentarán entre sí mientras que la Juventus tendrá un compromiso bastante simple de local ante el Cagliari. Más allá de los números, ese cocktail explosivo de fuerza, poderío, técnica, convicción, suerte y ayudas arbitrales parece ubicarla definitivamente un escalón por arriba de todos los demás. Ni el tiempo de acomodarse en los asientos y al octavo minuto la Juventus se puso en ventaja: pelotazo de Emerson para la corrida de Ibrahimovic por derecha, centro atrás del sueco y fácil definición de Trezeguet.
La Fiorentina no bajó los brazos, se volvó hacia adelante y pudo empatar dos veces, primero con un cabezazo de Toni que chocó en el travesaño y luego con un misil de Ujfalusi que se estampó justo en el cruce entre palo y horizontal a la izquierda de Abbiati. La lesión de Jorgensen terminó beneficiando a los locales, porque el entrenador Césare Prandelli decidió remplazarlo con un delantero, Pazzini, y recibió enseguida el premio por su audacia: Pasqual metió el centro desde la izquierda y el delantero lo madrugó a Cannavaro para meter el cabezazo goleador.
Luego del empate, la Fiore tuvo otras ocasiones, especialmente un disparo de Brocchi que le permitió lucirse a Abbiati con una atajada extraordinaria. En la segunda etapa, el juego fue bastante equilibrado: la Juventus maniobraba mucho en la zona central, pero la Fiorentina se volvía más peligrosa en contraataque. Espectacular fue una jugada de Camoranesi, por lejos la figura de la cancha, quien por izquierda se mandó una serie de gambetas maradonescas para luego meter el centro que no pudo ser aprovechado por sus compañeros. En una de esas jugadas de contragolpe de la Fiore, a 5 minutos del final, Toni se fue por derecha y metió el disparo rasante al primer palo sobre la salida de Abbiati: la pelota parecía destinada al fondo de la red, pero fue a chocar con el palo izquierdo del arco visitante. En el cambio de frente, Ibrahimovic metió un pelotazo casi sin mirar hacia el área rival, Pancaro falló el cabezazo y se dejó vencer por Trezeguet, quien le bajó la pelota a Camoranesi que ingresaba por derecha sin marca. El ítalo argentino definió con un derechazo bajo al primer palo, y fue a festejarlo junto al banderín de córner, que usó como si fuese una guitara: realmente fue el justo premio a su excelente tarea.
No queda mucho más para decir: fue un hermoso partido, hubo pedidos de penales, algunas faltas violentas, en suma las cosas de siempre, pero en general se trató realmente de un excelente espectáculo, como es bastante difícil ver en este tipo de partidos tan importantes. La Fiorentina no sale redimensionada de esta derrota, porque la verdad es que pudo haber ganado y que tuvo mucha, muchísima mala suerte. Lo realmente relevante es que demostró poderle jugar de igual a igual a una grande del mundo como la Juventus, y con eso completó sus metamorfosis de chico a grande.