Barcelona tocó fondo.

Enviado por roberto el Dom, 27/11/2005 - 20:04

La actual temporada ha sido sin duda una de las peores en la historia del equipo más popular del fútbol ecuatoriano. Una serie de equivocaciones han llevado a este descalabro deportivo e institucional que ha dejado al cuadro canario sin ninguna posibilidad de soñar con el título cuando aún faltan seis fechas para concluir la liguilla final del Torneo Clausura.

La derrota en casa ante el Olmedo, fue la gota que derramó el vaso y que desató la decisión de los directivos de separar a once de los profesionales del primer plantel, pero los problemas se iniciaron mucho antes, los desatinos y errores dentro y fuera de la cancha se los cometieron permanentemente y durante toda la temporada. La temporada se inició tarde, Isidro Romero asumió casi con el arranque del campeonato, lo que refleja que habrá que cambiar los estatutos o ajustar las fechas para las elecciones. Barcelona ha tenido cuatro técnicos en el año, comenzó con Capitano que no dio resultado y permitió algunos actos de indisciplina con el silencio cómplice de algunos directivos. El caso Kaviedes y el escándalo en estado de embriaguez de Villafuerte, las reiteradas faltas de Paredes y otra vez con dirigentes solucionando situaciones que debían ser castigadas por las leyes ordinarias, porque al fin y al cabo los jugadores de fútbol son seres comunes como usted y yo, que deben entender que por la fama, popularidad y dinero que ganan, no tienen patente de corso para llevarse el mundo por delante.

Sume los problemas de Corozo, de García y Escobar y siempre, lamentablemente los directivos asumiendo una posición de defensores, cuando más bien debían haber sancionado. En toda institución hay principios que deben mantenerse latentes sobre cualquier situación o en este caso sobre cualquier resultado, los principios de autoridad y disciplina se deben mantener siempre. En Barcelona se los perdió desde el principio. Isidro Romero pretendió dirigir la institución a control remoto, radicado en España solo conocía de los problemas a través de la comunicación telefónica, el desorden y el desgobierno flotaban en el aire.

¿Quién manda en Barcelona? Roggiero, Paulson, Campana, al parecer existió incluso un celo entre los tres que perjudicó al ídolo. Cuatro técnicos pasaron por el banquillo, Capitano y su verso que solo convenció a los dirigentes, Marcheta el peor error que cometieron los directivos, Peláez no soportó la falta de disciplina y renunció, y finalmente Sevilla que poca vela tiene en este entierro. La lección por dura que sea hay que aprenderla para no volver a tropezar con la misma piedra. El sueño y la ilusión de la hinchada que desde hace 8 años no da una vuelta olímpica se transformó en la peor pesadilla de su historia, por la improvisación, la demagogia y la falta de actitud de profesionales que no supieron defender con hombría de bien la camiseta del ídolo porteño.