La torcida del Fluminense se hizo presente en las afueras del hotel donde se hospeda Liga de Quito. Cargados de juegos pirotécnicos, bombos y cánticos trataron de perturbar el descanso de los jugadores. Los estrunedos inciaron a la 1 de la mañana y se extendieron hasta el amanecer.

Los albos no pudieron conciliar el sueño. En la madrugada de hoy, un grupo de personas se acercó hasta el hotel Sheraton y empezaron a detonar cohetes que iluminaron la noche con los colores del Flu y terminaron con la calma en el lugar.

Se notó que los causantes del disturbio tenían todo planeado. Las descargas fueron realizadas cada 30 minutos y duraron hasta las 3 de la mañana, cuando un grupo de vigilancia de la policía militar se acercó para detener el escándalo.

Al no encontrar a los culpables, se retiraron, pero los estallidos continuaron hasta el amanecer. Este tipo de recibimientos hostiles son muy comunes en suelo brasileño.

Los jugadores albos tenían previsto un trabajo ligero en el gimnasio del hotel para esta mañana. Luego, la charla técnica dirigida por Jorge Fossati y finalmente quedar concentrados totalmente para la final que se arrancará a las 18h50 de Ecuador.