¿Faltó suerte?

Enviado por bielo el Lun, 30/03/2009 - 18:23

Hoy desperté con el chuchaqui moral tras el empate con Brasil, pero lo peor vino después, cuando empecé a escuchar y leer los comentarios de "especialistas" y aficionados acerca de nuestra tricolor.

Hay que ser mesurados, en la victoria y en la derrota, pero definitivamente ese término es desconocido para la que parece ser la mayoría. Cuando se critica hay que proponer soluciones, al menos sugerirlas, pero eso, está claro, tampoco es parte del discurso de esa mayoría.

Cabe la frase cliché ¿no?, aquella de "los goles no se merecen, se hacen", porque para todo el continente, TODO, quedó claro que Ecuador mereció los goles, pero lamentablemente para nuestros intereses no tuvo la suerte ni la capacidad para conseguirlos.

Creo que el plan de juego de Vizuete fue muy acertado. Antes del partido me parecía que Guerrón no debió saltar de titular, yo hubiera preferido que Noboa ocupe la posición junto a Castillo, pero creo que la inclusión de Guerrón le dio a Ecuador llegada clara por derecha, que fue por varios momentos nuestro mejor costado, y sin duda fue partícipe activo de los minutos más brillantes de Ecuador en el primer tiempo.

Lo que me alegra de Vizuete es que tuvo razón al decir que Ecuador es más colectivamente que Brasil, de hecho, lo fue por mucho. Me ratifico en mi comentario antes del partido, fue una declaración normal magnificada por un periodismo que se niega a aceptar a un técnico ecuatoriano atrevido, pero si hubiera sido el Bolillo u otro extranjero, no habrían armado tanto alboroto. Bueno, quizá eso de otro extranjero es mucho decir, porque ahora recuerdo que cuando Luis Fernando Suárez dijo que íbamos a Alemania a clasificar a octavos también le dijeron de todo; y Luis Fernando los calló a todos con un magnífico mundial.

La realidad es que Ecuador no estaba clasificado si vencía a Brasil, así como ahora no está eliminado tras haber empatado con la canarinha. El camino aparece cuesta arriba, pero Ecuador depende de sus propias virtudes para llegar a su tercera copa mundial consecutiva, y a juzgar por el juego de ayer, tiene la capacidad de ir a sacar puntos en cualquier cancha del continente.


No pretendo decir que Sixto sea infalible, porque desde luego se equivoca, como cualquiera, pero considero que planificó muy bien el partido y quizá pudo hacer algún cambio distinto, o en algún momento distinto.

Ecuador tuvo minutos de fútbol realmente brillantes y creo que para los partidos futuros, con ese colectivo, mantenemos serias posibilidades de meternos, por lo menos, en el repechaje. Sin duda el margen para el error se ha reducido significativamente, pero tenemos partidos con todos los rivales directos, y si Ecuador debe ir a buscar la clasificación con esos rivales, pues entonces dependerá de sus propias actuaciones.

Yo sí considero que nos faltó algo de suerte, o mucha tal vez, pero no me atrevería a echarle toda la culpa. A nuestros jóvenes delanteros les faltó, en momentos claves, la experiencia que solo se gana en partidos como estos.

Ya estoy harto de oír el típico comentario de que nos falta el Tin, porque me parece absurdo insistir en la ausencia de alguien que no es más, en lugar de buscar soluciones y/o alternativas para suplir nuestras deficiencias ofensivas. Y la solución no es meter al Tin en una máquina de tiempo y rejuvenecerlo diez años, los goles llegarán con estos mismos muchachos, los Benítez, Guerrón y Caicedo, cuando la experiencia los ayude a manejar mejor las situaciones de presión y las oportunidades de gol; y eso no se enseña en un pizarrón, eso se aprende en la cancha con los años.

El Chucho Benítez fue verdaderamente desequilibrante, pero sus propias ganas, su ansiedad por marcar y conseguir la victoria, hicieron que en algunas ocasiones se apresurara en sus decisiones. Creo que fue más claro todavía con Guerrón, particularmente en la jugada en la que queda solo frente a Julio Cesar, porque estoy convencido que con varios partidos más encima, en lugar de pegarle el pelotazo para matar al portero, tendrá la cabeza fría para decidir si es una mejor opción tocar el balón a un costado ante el cierre del golero.


Como dije, aunque haya algún fenómeno que nazca con el talento para meterla en una situación así, lo usual es que esas virtudes se adquieran con la experiencia que solo se obtiene al estar en la cancha en partidos como estos. Y eso creo que se aplica también a Vizuete, porque desde la banca debería venir el pedido para tratar de definir con serenidad. Ayer Brasil no nos empató solo por suerte, también nos sacó los puntos porque nuestros jugadores no tienen el mismo recorrido que ellos, no nos empató solo porque la pelota es caprichosa, porque lo es, no cabe duda, nos empató también por esa bendita jerarquía.

Ni modo, así se aprende, a todos nos toca pasar por situaciones que nos dejan enseñanzas, y no me cabe duda que nuestros muchachos aprendieron ayer muchas cosas que se verán en sus futuros deportivos.

En todo caso, yo sí estoy orgulloso de mi selección, y me molesta mucho escuchar al típico criticón que se dedica a despotricar y sangrar por la herida.

Entiéndase, Ecuador depende de sí mismo, deberá jugar con Uruguay en casa, y con Chile y Colombia a domicilio (por hablar de los rivales considerados directos), pero además deberá visitar a rivales que en el papel son accesibles como Bolivia y Perú, mientras que los rivales directos deberán visitar a equipos como Argentina, Brasil y Paraguay.

Aún quedan 21 puntos rumbo al mundial y estamos a 3 del repechaje, eso de creer que los puntos solo se obtienen en Quito ya no es más, y esta misma selección lo demostró al obtener puntos en el Centenario y en el Monumental de Núñez.

Si ustedes no quieren creer, perfecto, pero yo elijo creer en mi equipo por lo que he visto, y lo que vi es que Ecuador pasó por encima del pentacampeón mundial, con un juego colectivo muy superior al del scratch, como lo dijo su técnico, del que podríamos discutir esta vida y la otra si se merece el lugar que ocupa, pero al final el hecho es simple, él ocupa el puesto de Técnico de la tricolor, y como tal, debería tener más respeto y apoyo del que recibe.

 

 

¡Fuerza tricolor!

 

Ing. Gabriel Ordóñez L.