Ana Guevara enciende polvorín en el atletismo mexicano con su pretensión de no ir a JJOO
La amenaza de la velocista Ana Guevara de ausentarse a los próximos Juegos Olímpicos si no cambian a los dirigentes de la Federación Nacional ha sido como fuego a un polvorín que ha explotado en el atletismo mexicano, ahora en crisis.
Después de ocupar el lugar 32 en los pasados Campeonatos Mundiales, en Osaka, y de quedarse sin medallas en ese certamen por primera vez desde el año 1993, parecía que al atletismo de México no le podía pasar nada peor este año, pero Ana demostró lo contrario al calificar de inepto al presidente de la Federación, Mariano Lara.
Guevara, tres veces medallista mundial de los 400 metros, culpó a Lara de no haberla defendido cuando le dieron el incómodo carril nueve en la final de los Mundiales y lo responsabilizó por una llamada de atención recibida al no asistir a una examen de dopaje.
En una conferencia, Guevara dijo que Lara ni su equipo le informó dónde debía presentarse para la prueba y como consecuencia la Federación Internacional la amonestó.
La deportista sugirió que el marchista Eder Sánchez, cuarto lugar en 20 kilómetros, hubiera ganado bronce si Lara hubiera apelado la devolución de la medalla de plata al español Francisco Fernández después de ser descalificado y aprovechó para enumerar otras deficiencias de los jerarcas del atletismo del país.
Aunque la atleta ha insistido en que su decisión de no ir a los Olímpicos es personal, sus declaraciones de hace cuatro días han dividido al medio deportivo.
A su favor se han expresado atletas como la maratonista Madaí Pérez, dispuesta a faltar a Pekín por apoyar a su compañera y otros que se han mostrado indiferentes, como Eder Sánchez, quien declaró a un diario que su trabajo es entrenar y nada más.
En México la ley protege a los presidentes de Federación deportiva que casi en ningún caso pueden ser despedidos y Lara tiene muchas posibilidades de permanecer en su cargo, lo cual abre una interrogante acerca de la posición de los atletas.
Guevara debe comenzar en pocos días sus entrenamientos para los Juegos Olímpicos y está por ver si acude a ellos o persiste en su actitud rebelde, elogiada por unos, criticada por otros e ignorada por terceros. EFE