Diego Simeone, entrenador del River Plate argentino, admitió hace algunas semanas que su equipo "no está bien" y, tras una pobre campaña en las primeras ocho jornadas del torneo Apertura, se advierte que él tampoco.

Irónico y crítico con la prensa, el 'Cholo' Simeone demuestra que está tenso, malhumorado y disgustado, principalmente con sus jugadores, a los que hace gestos durante todo el partido con los cuales da a entender de manera permanente que no entienden lo que pretende.

"A ver si se ponen de acuerdo", dijo el entrenador a los periodistas, tras no dar respuestas a algunas preguntas y al rechazar opiniones según las cuales cambia demasiado en cuanto al sistema de juego y a los jugadores que salen al campo partido a partido.

Al respecto dijo que lo critican por hacer cambios sólo porque los resultados no son buenos, y que ello no ocurre con otros entrenadores y equipos a los que se denomina "elásticos" y a los que se elogia porque ganan.

River Plate está penúltimo en la tabla de posiciones con siete puntos sumados de 24 posibles al cabo de tres derrotas y cuatro empates en ocho encuentros, en los cuales le han marcado 13 goles.

"En la selección, le dicen al 'Coco' (Alfio Basile) que no cambia nunca. Si cambias es porque buscas un funcionamiento que mejore lo que estás haciendo. Si no cambias te encierras en un sistema. Ustedes deberían ponerse de acuerdo", afirmó.

Tras hacer ocho modificaciones ante Racing (3-3) el domingo con respecto al equipo que en la Copa Sudamericana venció al Defensor Sporting uruguayo (1-2) y cambiar el sistema de juego entre el primer y el segundo tiempo del primero de esos encuentros, aseguró que "cambiaron los nombres, no el sistema".

"No pienso en eso", dijo el técnico en cuanto a la mínima posibilidad del equipo de luchar por el título en el Apertura tras haber resignado 17 puntos y con 33 por disputarse. "Pienso ganar en el próximo partido y nada más", disparó.

Dentro del club y en la intimidad de la plantilla "las cosas están muy tensas" entre el entrenador y los jugadores, según fuentes cercanas a estos.

Simeone probó en pocos encuentros y apartó del equipo al futbolista uruguayo Robert Flores, cedido por el Villarreal español, y el domingo pasado dejó fuera de la convocatoria al medio Augusto Fernández.

En el equipo ningún jugador es titular, no se sienten seguros y todo depende de los resultados, que de momento son malos, y no son pocos los que comparan esta situación con la que se vivió en el club en 2007, en el peor momento y el último del ciclo de Daniel Passarella como entrenador.

River vuelve a estar en crisis, como lo estuvo en la temporada pasada hasta que logró ganar el torneo Clausura.

Le queda durante este semestre la Copa Sudamericana, en la que debe enfrentarse al Defensor Sporting esta semana en la vuelta de los octavos de final. Un traspiés en esta competición complicaría definitivamente la situación. EFE