La maldición de los porteros ataca al Getafe de Guerrón

Enviado por juanca el Lun, 08/09/2008 - 14:36

La lesión del guardameta Roberto "Pato" Abbondanzieri durante el partido que disputaron Argentina y Paraguay, es la enésima complicación que sufre el Getafe en su portería desde que está en Primera División, categoría en la que apenas ha disfrutado de tranquilidad bajo los palos y en la que parece haberse instalado una maldición.

No hay tregua para los arqueros del club madrileño. Antes del percance del "Pato", que estará tres semanas de baja por un pisotón del delantero paraguayo Nelson Haedo en la rodilla derecha, fue su suplente en el Getafe, Óscar Ustari, el que se lesionó para toda la temporada durante los Juegos Olímpicos de Pekín.

La lesión de Abbondanzieri obligará al entrenador Víctor Muñoz a colocar bajo la portería a Jacobo Sanz, último fichaje del club que llegó para sustituir a Ustari. Para completar la convocatoria, el técnico aragonés deberá llamar a Gonzalo, jugador del filial que milita en Tercera División.

Las lesiones de Ustari y de Abbondanzieri son sólo dos ejemplos de los continuos problemas que ha tenido el Getafe en la portería. Sólo en la temporada 2006-2007 hubo tranquilidad. Ese año, el "Pato" consiguió ser el guardameta menos goleado de Primera División.

Sin embargo, aquella temporada, para el partido más importante del curso, el de la final de Copa, el "Pato" se lesionó y su puesto fue ocupado por Luis García. El Getafe perdió por 1-0 ante el Sevilla y muchos creen que el suplente de Abbondanzieri pudo hacer algo más en el gol de Kanouté. Minutos antes, en una jugada similar, Palop sí anuló a Dani Güiza en un mano a mano.

Los verdaderos problemas del Getafe en su posición maldita comenzaron en la primera temporada que jugó en Primera División.

Aquel año desfilaron por el Coliseum tres porteros. Sergio Sánchez, Sergio Aragoneses y Sánchez Broto.

El primero fue cedido a mitad de temporada. Parecía no querer entrenarse. Mostraba una gran desgana y no era el del ascenso. El segundo, llegó al club en el mercado de invierno. Por aquel entonces, alguien del cuerpo técnico llegó a hacer este comentario: "Si viene Aragoneses, descendemos a Segunda".

Procedente del Atlético de Madrid, Aragoneses dejó su sello en algún partido. Todavía es recordada la "cantada" ante el Betis, cuando se introdujo un balón en su portería tras un disparo de Marcos Assuncao que iba fuera y muy flojito.

Quique no tuvo más remedio que poner a Sánchez Broto, que parecía un comercial más que un guardameta. El catalán aprovechaba cualquier momento para publicitar su página Web de venta de artículos deportivos.

"Si el Getafe no gana al Barcelona, regalaré 5.000 guantes de mi tienda". Y, efectivamente, tuvo que regalarlos. Pero lo que no regaló fueron grandes actuaciones y la temporada siguiente él y sus dos compañeros desaparecieron.

Con Schuster en el banquillo llegaron Luis García y Juan Calatayud. Ninguno convenció. El alemán nunca se encontró a gusto con ninguno y por eso ficharon a Abbondanzieri un año después. El argentino cuajó una gran temporada.

Pero cuando todo parecía tranquilo en la portería, y con Michael Laudrup en el banquillo, se sucedieron nuevas anécdotas que hicieron que regresaran los fantasmas de la portería. Ustari jugó poco en Liga y bastante en UEFA. En ambas competiciones falló. En Europa, ante el Hapoel israelí "cantó" en una salida. En el campeonato local, ante el Valencia, erró estrepitosamente en una jugada. El suplente no daba seguridad. Todos confiaban en el "Pato", pero éste no funcionó en muchos momentos.

Primero lo hizo en Zaragoza. En una falta, abandonó la portería para pedir al árbitro que esperara a que la barrera se colocase. D'Alessandro aprovechó su ausencia para tirar y marcar. Entonces, se volvió a abrir un debate que creció el día que el Bayern de Múnich visitó el Coliseum. Aquel partido será recordado por muchas cosas. Una de ellas fue el fallo de Abbondanzieri que contempló media España en sus televisores.

Ahora, un año después, los problemas regresan. Cuando todo parecía arreglado, las lesiones han devuelto la maldición al club.

En esta ocasión, puede que Ángel Torres no se cruce de brazos: "Estudiaré si voy a denunciar a la AFA. El perjuicio es grande", dijo en una emisora argentina. Una gran actuación de Jacobo Sanz ante el Betis en la próxima jornada ayudaría a espantar a los fantasmas del Coliseum. Pero la maldición ya está echada. EFE