El Gobierno italiano prohibió hoy a los aficionados del club de fútbol Milán que se desplacen a Génova (norte) para seguir el partido del próximo domingo, además de suspender la venta de entradas para el Nápoles-Fiorentina, al considerar que se trata de encuentros de riesgo.

Estas medidas fueron dispuestas por el Ministerio del Interior, un día después de que su responsable, Roberto Maroni, anunciara la prohibición de los viajes organizados de los aficionados del Nápoles durante toda la temporada 2008-2009.

El Observatorio nacional de manifestaciones deportivas, organismo dependiente del Ministerio, tomó esta decisión tras los altercados protagonizados el pasado domingo por los aficionados del Nápoles que viajaron a Roma para el primer encuentro de la temporada y en los que provocaron daños por valor de 500.000 euros.

Asimismo, se adoptarán medidas de máxima seguridad para el partido que el miércoles 10 de setiembre enfrentará a la selección italiana contra la georgiana en la clasificación para el Mundial de fútbol de 2010.

Los altercados del pasado domingo no son un caso aislado en el fútbol italiano, que en la pasada temporada sufrió numerosos casos de violencia que se saldaron con tres muertos.

Así, el pasado 30 de marzo un seguidor del Parma murió arrollado por un autobús de aficionados del Juventus en un área de servicio de la autopista.

Mientras que en noviembre de 2007 perdió la vida un hincha del Lazio en otra refriega entre aficionados, tan sólo nueves meses después de la muerte del inspector de policía Fillipo Raciti, en incidentes acontecidos en el encuentro liguero Catania-Palermo.

Precisamente, el Observatorio fue creado dentro del conjunto de medidas adoptadas en 2007 para frenar la violencia en fútbol, tras la muerte de Raciti.

EFE