La medalla de oro que "salvó la patria", citaron los diarios de Portugal
Parecía que el pesimismo reinante en Portugal ante los fracasos de sus atletas en los Juegos Olímpicos de Pekín se transformaría en una pesadilla, cuando llegó el salto triple de oro de Nelson Évora.
De inmediato, el primer ministro luso, José Sócrates, llamó por teléfono al atleta para decirle que había sido "un momento de gran alegría para el país".
También el presidente, Aníbal Cavaco Silva, envió un mensaje a Évora para señalar que "este enorme éxito deportivo, basado en sus cualidades deportivas y también personales, contribuyó decisivamente para la valorización nacional e internacional de los deportistas portugueses".
Hasta el presidente del Comité Olímpico de Portugal, Vicente Moura, que había anunciado que abandonaba el cargo, al no cumplirse los objetivos trazados, dijo que podría reconsiderar el tema "si las federaciones" de los diferentes deportes lo solicitaban.
Moura declaró que la delegación deportiva lusa "merecía esta medalla y Nelson también. Es un gran atleta y demostró que se encuentra en gran forma".
Los portugueses se deleitaron con la imagen de Évora en el salto de 17.67 metros, transmitida casi continuamente por todos los canales con fondos musicales diferentes, pero siempre como un himno triunfal.
Algunos canales colocaron en cámara lenta el salto, para provocar el suspiro de los televidentes cuando Nelson volaba por los aires.
Toda la prensa diaria nacional dedica al atleta luso las primeras páginas y el diario deportivo "Record" despliega un gran titular con la foto de Nelson y casi un lema actual: "Salvó la patria".
Los diarios generalistas no son menos entusiastas y "Diario de Noticias" ocupa la cabeza de su primera página con una foto de Évora enarbolando la enseña nacional e insertando un titular: "Salto de oro sobre el pesimismo".
Las radios no cesan de anunciar que en las próximas horas se escuchará el himno nacional en el Estadio Olímpico de Pekín.
Como la ceremonia coincide con los telediarios de las 13.00 (hora local), el pueblo luso se prepara para ver su bandera ondear por primera y quizá única vez en el "Nido de Pájaro" de Pekín.
Los portugueses son así, capaces de pasar de un pesimismo generalizado a la euforia total. EFE
De inmediato, el primer ministro luso, José Sócrates, llamó por teléfono al atleta para decirle que había sido "un momento de gran alegría para el país".
También el presidente, Aníbal Cavaco Silva, envió un mensaje a Évora para señalar que "este enorme éxito deportivo, basado en sus cualidades deportivas y también personales, contribuyó decisivamente para la valorización nacional e internacional de los deportistas portugueses".
Hasta el presidente del Comité Olímpico de Portugal, Vicente Moura, que había anunciado que abandonaba el cargo, al no cumplirse los objetivos trazados, dijo que podría reconsiderar el tema "si las federaciones" de los diferentes deportes lo solicitaban.
Moura declaró que la delegación deportiva lusa "merecía esta medalla y Nelson también. Es un gran atleta y demostró que se encuentra en gran forma".
Los portugueses se deleitaron con la imagen de Évora en el salto de 17.67 metros, transmitida casi continuamente por todos los canales con fondos musicales diferentes, pero siempre como un himno triunfal.
Algunos canales colocaron en cámara lenta el salto, para provocar el suspiro de los televidentes cuando Nelson volaba por los aires.
Toda la prensa diaria nacional dedica al atleta luso las primeras páginas y el diario deportivo "Record" despliega un gran titular con la foto de Nelson y casi un lema actual: "Salvó la patria".
Los diarios generalistas no son menos entusiastas y "Diario de Noticias" ocupa la cabeza de su primera página con una foto de Évora enarbolando la enseña nacional e insertando un titular: "Salto de oro sobre el pesimismo".
Las radios no cesan de anunciar que en las próximas horas se escuchará el himno nacional en el Estadio Olímpico de Pekín.
Como la ceremonia coincide con los telediarios de las 13.00 (hora local), el pueblo luso se prepara para ver su bandera ondear por primera y quizá única vez en el "Nido de Pájaro" de Pekín.
Los portugueses son así, capaces de pasar de un pesimismo generalizado a la euforia total. EFE