Impulsada por un público entregado en la pista central, la china Na Li (7-5 y 7-5) respondió al aliento de los seguidores locales para ejecutar un encuentro de ensueño y batir a la estadounidense Venus Willians, campeona olímpica en Sydney 2000. y despedida de Pekín igual que su hermana Serena, que cayó ante la rusa Elena Dementieva.

Los XXIX Juegos Olímpicos se quedaron sin dos de sus grandes favoritas. Dos raquetas que acumulan enormes méritos, dueñas del circuito durante largas temporadas. Pero la lucha y fe de Ni La y el talento de Dementieva echaron atrás el músculo de las raquetas de Florida. Ninguna estará en el podio. Al menos, en el cuadro individual.

Con la derrota de Roger Federer en el cuadro masculino, a manos del estadounidense James Blake, nadie obtendrá la doble medalla.

Na Li disfrutó de su noche de gloria en el Centro Olímpico de Tenis de Pekín. En la pista principal. La que fulmina en esta sesión a los grandes favoritos. Primero el helvético. Después Venus.

Más de dos horas necesitó la china para alcanzar las semifinales. Lo suyo fue un ejercicio de convicción. De lucha sin cuartel. De orgullo chino. No decayó a pesar de que la mayor de las Williams tomó ventaja en cada set, al final arrebatados por su adversaria.

Li se enfrentará ahora a la ganadora del duelo entre la serbia Jelena Jankovic, número uno del mundo y la rusa Dinara Safina, que podría completar la terna de Rusia y unirse a Vera Zvonareva y Elena Dementieva, que jugarán la otra semifinal y que han garantizado un lugar en el podio para su país. EFE