Gustavo "Guga" Kuerten cae en el Roland Garros y le dice adiós al "deporte blanco"
El brasileño Gustavo Kuerten puso fin a su carrera como tenista tras disputar su último encuentro en la pista central de Roland Garros y ahora piensa en ocuparse más de su vida.
"Gracias al tenis he aprendido mucho, he tenido que afrontar situaciones espinosas y eso me ha enseñado mucho como ser humano. El tenis ha cambiado mi vida (..) Ahora tengo que ocuparme de otras cosas, tengo que ocuparme de mi", afirmó el tenista en una emocionante rueda de prensa.
El momento álgido llegó cuando su entrenador, Larry Passos, le regaló una botella con arena de la pista central de París. "Ojalá que cada grano de esta arena trasmita la energía que tu tuviste", aseguró el entrenador.
Kuerten afirmó que llevará esa arena a su pista particular en París, donde juegan sus hijos y donde algún día espera ver jugar a sus nietos.
Fue el tercer momento emocionante de la última jornada como tenista individual de Kuerten, quien disputará el cuadro doble junto al francés Sébastien Grosjean.
Antes lloró en la pista al término del partido contra el francés Paul-Henri Mathieu y tras recibir un trofeo en honor a su carrera. Lloró cuando en la sala de jugadores fue ovacionado por sus pares. Y estuvo al borde de las lágrimas ante la prensa.
Guga no sabe lo que hará ahora, quiere tomarse tiempo para pensar en su futuro, para plantearse su vida. "Ha llegado el momento de descansar, de ocuparme de mi, de reflexionar sobre el futuro", dijo el tenista, que se plantea hacer algo relacionado con el tenis y ocuparse más de su fundación.
El mejor recuerdo que se lleva Guga es del partido contra el estadounidense Michael Russell en Roland Garros, cuando levantó una bola de partido y, en agradecimiento al público, dibujó un corazón en el suelo en un gesto que se convirtió en el símbolo de su comunión con el público francés.
Kuerten no lamenta nada de su carrera, aunque reconoce que ha pasado momentos malos, que a los éxitos le siguieron un descenso a los infiernos que han acabado por obligarle a la retirada.
"Algún día hay que retirarse", aseguró el de Florianapolis , que echará de menos el deporte de su vida pero que está seguro de saber adaptarse a la nueva situación.
Pero si algo le faltará será Roland Garros. "Este torneo ha sido especial. Me ha permitido avanzar con mi corazón, con mi amor", aseguró. EFE
"Gracias al tenis he aprendido mucho, he tenido que afrontar situaciones espinosas y eso me ha enseñado mucho como ser humano. El tenis ha cambiado mi vida (..) Ahora tengo que ocuparme de otras cosas, tengo que ocuparme de mi", afirmó el tenista en una emocionante rueda de prensa.
El momento álgido llegó cuando su entrenador, Larry Passos, le regaló una botella con arena de la pista central de París. "Ojalá que cada grano de esta arena trasmita la energía que tu tuviste", aseguró el entrenador.
Kuerten afirmó que llevará esa arena a su pista particular en París, donde juegan sus hijos y donde algún día espera ver jugar a sus nietos.
Fue el tercer momento emocionante de la última jornada como tenista individual de Kuerten, quien disputará el cuadro doble junto al francés Sébastien Grosjean.
Antes lloró en la pista al término del partido contra el francés Paul-Henri Mathieu y tras recibir un trofeo en honor a su carrera. Lloró cuando en la sala de jugadores fue ovacionado por sus pares. Y estuvo al borde de las lágrimas ante la prensa.
Guga no sabe lo que hará ahora, quiere tomarse tiempo para pensar en su futuro, para plantearse su vida. "Ha llegado el momento de descansar, de ocuparme de mi, de reflexionar sobre el futuro", dijo el tenista, que se plantea hacer algo relacionado con el tenis y ocuparse más de su fundación.
El mejor recuerdo que se lleva Guga es del partido contra el estadounidense Michael Russell en Roland Garros, cuando levantó una bola de partido y, en agradecimiento al público, dibujó un corazón en el suelo en un gesto que se convirtió en el símbolo de su comunión con el público francés.
Kuerten no lamenta nada de su carrera, aunque reconoce que ha pasado momentos malos, que a los éxitos le siguieron un descenso a los infiernos que han acabado por obligarle a la retirada.
"Algún día hay que retirarse", aseguró el de Florianapolis , que echará de menos el deporte de su vida pero que está seguro de saber adaptarse a la nueva situación.
Pero si algo le faltará será Roland Garros. "Este torneo ha sido especial. Me ha permitido avanzar con mi corazón, con mi amor", aseguró. EFE