River, Simeone y los dirigentes entre la espada y a pared.
Sólo la victoria interesa a los
hinchas de River Plate, que han dejado de alentar al equipo en pos
del triunfo para exigir tres puntos por partido con insultos a los
jugadores, al entrenador Diego Simeone y a los dirigentes si el
objetivo no se consigue.
No hay apoyo sino exigencia extrema, presión agobiante para un equipo que la semana pasada perdió ante su histórico rival, Boca Juniors, y quedó eliminado en la Copa Libertadores por un San Lorenzo casi riverplatense, por la procedencia de su preparador Ramón Díaz y de futbolistas como Andrés D'Alessandro y Diego Placente, entre otros.
Parece que no quedan posibilidades de error tras diez años de sequía en torneos internacionales y de cuatro temporadas en la competición local.
Se encendió el estadio 'Monumental' el domingo durante casi una hora con insultos y abucheos cuando el equipo era superado en el primer tiempo por el irregular Gimnasia y Esgrima La Plata, que marcó dos goles y estrelló tres remates en los palos.
La afición había llegado preparada al escenario del encuentro con carteles contundentes: "Venimos sólo por la camiseta", "Jugadores, ladrones de ilusiones" y otros con leyendas plagadas de agravios, que los agentes de seguridad contratados por el club impidieron que fueran desplegados.
Tras el 1-2 con el que se fue al descanso, los hinchas reclamaron que saliera al campo su ídolo, Ariel Ortega, y Simeone obedeció. Cambió de actitud el equipo y ganó por 4-2 frente a un rival que había quedado fundido al intentar infructuosamente, en los primeros 45 minutos, asegurarse la victoria.
El gol del empate y los dos restantes desataron aplausos, cánticos y algarabía. Quedaba claro que River, que comparte el liderato con Estudiantes a tres puntos de ventaja sobre Vélez Sarsfield y San Lorenzo y a cinco jornadas del final del torneo, está obligado a no fallar.
"No sé qué piensa la gente River después de lo del jueves (cuando quedó eliminado en la Libertadores), pero nosotros somos los primeros que queremos ganar", dijo Diego Buonanotte, un juvenil surgido de la cantera al que le cuesta entender la situación.
Simeone estuvo casi en silencio durante una semana y sólo pareció públicamente para sumir "toda la responsabilidad", en un mensaje de 40 segundos tras los partidos ante Boca Juniors y San Lorenzo.
Después de la victoria del domingo, disparó: "Los que nos querían muertos tendrán que esperar un poco", aunque no aclaró a quiénes se refería. "No venimos de un buen momento, los resultados nos hacían sentir incómodos. Encima, la gente estaba enojada y no es bueno jugar en ese ambiente", reconoció.
"Uno quiere ganar todo lo que juega. El lugar que ocupamos en el Clausura es el que merecemos y vamos a pelear hasta el final", aseguró.
No lo tiene fácil, porque el equipo no cuenta con el aliento de sus seguidores, que sólo quieren victorias para no insultar. "Venimos (al estadio) por la camiseta", es una leyenda que pone las cosas claras, o bien oscuras, según como se mire.
El próximo fin de semana River visitará a Independiente, conjunto que suma cinco triunfos consecutivos y en el que Claudio Borghi debutó como entrenador con un positivo sobre San Lorenzo, resultado que alimenta sus aspiraciones al título. EFE
No hay apoyo sino exigencia extrema, presión agobiante para un equipo que la semana pasada perdió ante su histórico rival, Boca Juniors, y quedó eliminado en la Copa Libertadores por un San Lorenzo casi riverplatense, por la procedencia de su preparador Ramón Díaz y de futbolistas como Andrés D'Alessandro y Diego Placente, entre otros.
Parece que no quedan posibilidades de error tras diez años de sequía en torneos internacionales y de cuatro temporadas en la competición local.
Se encendió el estadio 'Monumental' el domingo durante casi una hora con insultos y abucheos cuando el equipo era superado en el primer tiempo por el irregular Gimnasia y Esgrima La Plata, que marcó dos goles y estrelló tres remates en los palos.
La afición había llegado preparada al escenario del encuentro con carteles contundentes: "Venimos sólo por la camiseta", "Jugadores, ladrones de ilusiones" y otros con leyendas plagadas de agravios, que los agentes de seguridad contratados por el club impidieron que fueran desplegados.
Tras el 1-2 con el que se fue al descanso, los hinchas reclamaron que saliera al campo su ídolo, Ariel Ortega, y Simeone obedeció. Cambió de actitud el equipo y ganó por 4-2 frente a un rival que había quedado fundido al intentar infructuosamente, en los primeros 45 minutos, asegurarse la victoria.
El gol del empate y los dos restantes desataron aplausos, cánticos y algarabía. Quedaba claro que River, que comparte el liderato con Estudiantes a tres puntos de ventaja sobre Vélez Sarsfield y San Lorenzo y a cinco jornadas del final del torneo, está obligado a no fallar.
"No sé qué piensa la gente River después de lo del jueves (cuando quedó eliminado en la Libertadores), pero nosotros somos los primeros que queremos ganar", dijo Diego Buonanotte, un juvenil surgido de la cantera al que le cuesta entender la situación.
Simeone estuvo casi en silencio durante una semana y sólo pareció públicamente para sumir "toda la responsabilidad", en un mensaje de 40 segundos tras los partidos ante Boca Juniors y San Lorenzo.
Después de la victoria del domingo, disparó: "Los que nos querían muertos tendrán que esperar un poco", aunque no aclaró a quiénes se refería. "No venimos de un buen momento, los resultados nos hacían sentir incómodos. Encima, la gente estaba enojada y no es bueno jugar en ese ambiente", reconoció.
"Uno quiere ganar todo lo que juega. El lugar que ocupamos en el Clausura es el que merecemos y vamos a pelear hasta el final", aseguró.
No lo tiene fácil, porque el equipo no cuenta con el aliento de sus seguidores, que sólo quieren victorias para no insultar. "Venimos (al estadio) por la camiseta", es una leyenda que pone las cosas claras, o bien oscuras, según como se mire.
El próximo fin de semana River visitará a Independiente, conjunto que suma cinco triunfos consecutivos y en el que Claudio Borghi debutó como entrenador con un positivo sobre San Lorenzo, resultado que alimenta sus aspiraciones al título. EFE