River sufre dos derrotas que ponen a prueba su temple, y el de Simeone.

Enviado por carlosefrain el Dom, 04/05/2008 - 18:36
El River Plate argentino ha sufrido en, cinco días, dos derrotas que ponen a prueba su temple: en el torneo Clausura ante su histórico rival, Boca Juniors (1-0), y en la Copa Libertadores frente a San Lorenzo (2-1), en la ida de los octavos de final.

Sin tiempo para lamentarse, el equipo que dirige Diego Simeone necesita ganar el próximo jueves ante los 'santos' para pasar a cuartos en la competición continental, y el domingo ante Gimnasia y Esgrima de La Plata en el torneo doméstico, lo cual lo mantendrá en el liderato.

Que alcance o no el primer objetivo puede ser determinante en su moral para la consecución del segundo.

Hace cuatro años que River Plate no gana una Liga y diez que no obtiene un título internacional; estas frustraciones, consecuentemente, condicionan al 'Cholo' Simeone, entrenador del equipo desde principios de año, tras una sequía de dos temporadas con Daniel Passarella en el banquillo.

La derrota en el clásico ante Boca y una posible eliminación en la Libertadores lo dejarían en una situación crítica, que sólo la obtención del título de campeón del Clausura podría atenuar.

"River ha cambiado, es otro", afirman aficionados, dirigentes y jugadores cuando comparan el rendimiento del equipo de Simeone con el que dirigía Passarella. Pero todos coinciden en que de la crisis solo se sale con un título.

Simeone lo sabe y por esa razón era importante para él no perder en 'La Bombonera'; en esta situación que atraviesa River, la derrota en el clásico es un trago difícil de digerir, pues un triunfo ante el rival histórico es lo que más se parece a un título.

Frente a San Lorenzo el jueves, dirigido por un entrenador hincha de River Plate como Ramón Díaz, que sueña con volver al club en el que se formó (Ramón Díaz fue campeón cinco veces como futbolista y siete como preparador), el 'Cholo' estará sometido a la prueba más brava de su corta carrera como técnico.

A estas alturas, algunos entrenadores eligen la competición a la que dedicarán su mayor atención y los esfuerzos de su plantilla, conscientes de que luchar por dos títulos tiene pocas probabilidades de éxito. Sin embargo, Simeone no puede elegir. La historia reciente de River y su necesidad de afianzarse en el cargo se lo impiden.

Si el equipo pasa a cuartos de final en la Libertadores, la herida sufrida ante Boca se curará en menos tiempo. Los resultados mandan.
EFE