El negocio Beckham necesita a los equipos mexicanos e hispanos
Después del primer impacto mediático que generó la presentación del inglés David Beckham como nuevo jugador del Galaxy de Los Angeles, la estrategia comercial y de venta de imagen sigue su curso sin que en el plano deportivo todavía haya hecho el debut oficial.
Con el paréntesis del descanso de la competición regular de la Liga Profesional de Fútbol (MLS) estadounidense para celebrar el Partido de las Estrellas, el centro de atención estuvo puesto en el primer entrenamiento que realizó Beckham con sus nuevos compañeros.
El Galaxy abrió las instalaciones del Home Depot Center para que los aficionados tuviesen entrada libre y viesen de cerca a la nueva estrella del equipo, que sigue generando todo tipo de análisis y conjeturas en cuanto a su futuro dentro de la MLS.
Nadie cuestiona que Beckham y su esposa Victoria llegan a Los Angeles para muchas más cosas que promocionar el deporte del fútbol y los encargados de vender su nueva imagen como jugador han sacado un vídeo de promoción en el que dan a entender que en España hay luto nacional por su marcha y a la inversa en los Estados Unidos.
Al margen de distorsionar la realidad, los seguidores del Madrid ya no les preocupa lo que pueda hacer Beckham en Los Angeles, sino los fichajes del nuevo proyecto de su equipo, hasta ahora también se ha presentado al jugador británico como que él sólo va a hacer el negocio y elevar el nivel de juego de la MLS.
Algo que muchos aficionados comienzan a cuestionarse y a pensar que los directivos de la MLS y del Galaxy no han querido exponer con total claridad que el nuevo proyecto de venta de imagen de Beckham, sin la participación de los equipos profesionales mexicanos y el apoyo de la comunidad hispana no va a tener el éxito que esperan.
La demostración se ha dado cuando el primer partido de la gira del Chelsea en Estados Unidos no lo han disputado en Boston, ni en Washington, ni en Filadelfia sino en Stanford (California), localidad cercana a San Francisco.
Su rival, no fue el Galaxy de Beckham, que lo será el sábado para el debut oficial del jugador inglés, si se recupera de la lesión del tobillo izquierdo, sino que eligieron a las Águilas del América, uno de los equipos históricos del fútbol mexicano.
El resultado, una entrada de 47.000 espectadores que llegaron al Stanford University Stadium, pero que no lograron llenar los 49.000 asientos que tiene de aforo, algo que con equipos como el Real Madrid y Barcelona no hubiese sucedido.
El Chelsea con sus estrellas, pero sin la participación de un equipo mexicano, hasta ahora está pasando desapercibida su presencia en Estados Unidos y el fenómeno Beckham habrá que comenzar a analizarlo después que haya jugado un primer partido en cada una de las sedes de los equipos de la MLS.
De hecho, el primer encuentro contra el Chelsea será en el Home Depot Center, con un aforo de 27.000 espectadores, muy lejos de los 92.542, que tiene el Rose Bowl de Pasadena.
Un escenario mundialista en el que podrían haber jugado el partido de un debut tan esperado e importante, que además ha sido enmarcado dentro de otro torneo que los organizadores de la MLS han denominado "World Series of Football".
Los directivos de la MLS, encabezados por el comisionado Don Garber, el día de la presentación de Beckham tuvieron la deferencia de decir varias frases en español, porque saben que sin el apoyo de la comunidad hispana, el negocio económico de la liga no va a ser nunca rentable en Estados Unidos.
Tan evidente es la necesidad que tienen de la comunidad hispana en Estados Unidos, más de 35 millones de residentes, que ya se han inventado la nueva competición de la Superliga.
Un torneo que comienza a partir del próximo 24 de julio y durará hasta el 29 de agosto con ocho equipos, cuatro mexicanos y cuatro de la MLS para disputar un premio de un millón de dólares.
Los equipos mexicanos seleccionados son el América, las Chivas de Guadalajara, el Pachuca y el Morelia, mientras que los estadounidenses serán el Dynamo de Houston, el FC Dallas, el DC United y el Galaxy.
Pero la mayor demostración del "negocio" que son los equipos mexicanos en Estados Unidos, es que dos de los partidos de la primera ronda que se van a jugar fuera de la sedes de los cuatro participantes de la MLS serán en Chicago y Denver.
El motivo, que los encuentros serán entre equipos mexicanos, donde la asistencia de seguidores de las Chivas y Pachuca en Denver y de las Águilas contra los Monarcas del Morelia en Chicago, respectivamente, va a estar garantizada, porque en ambas ciudades hay una gran concentración de hispanos.
Mientras, que el fenómeno Beckham dentro del mundo anglo de Estados Unidos sólo podrá mantenerse si en la mitad de la temporada que va a disputar con el Galaxy demuestra en el apartado deportivo que hace una gran aportación al equipo y lo convierte en ganador.
De lo contrario, una vez que hayan vendido la novedad y el furor mediático decaiga, en función de la audiencia que genere la televisión, no hay que olvidar que van a trasmitir todos los partidos del Galaxy, la realidad puede ser muy diferente a las proyecciones que tienen los que han invertido en su imagen.
Beckham podrá ganar seis millones y medio de dólares por temporada, seguir vendiendo camisetas y hacer giras con el equipo por Asia y Inglaterra, pero ya no será con el Real Madrid, uno de los mejores del mundo, sino con el Galaxy, uno de los peores de la MLS, una diferencia que al final puede dar una sorpresa.
Con el paréntesis del descanso de la competición regular de la Liga Profesional de Fútbol (MLS) estadounidense para celebrar el Partido de las Estrellas, el centro de atención estuvo puesto en el primer entrenamiento que realizó Beckham con sus nuevos compañeros.
El Galaxy abrió las instalaciones del Home Depot Center para que los aficionados tuviesen entrada libre y viesen de cerca a la nueva estrella del equipo, que sigue generando todo tipo de análisis y conjeturas en cuanto a su futuro dentro de la MLS.
Nadie cuestiona que Beckham y su esposa Victoria llegan a Los Angeles para muchas más cosas que promocionar el deporte del fútbol y los encargados de vender su nueva imagen como jugador han sacado un vídeo de promoción en el que dan a entender que en España hay luto nacional por su marcha y a la inversa en los Estados Unidos.
Al margen de distorsionar la realidad, los seguidores del Madrid ya no les preocupa lo que pueda hacer Beckham en Los Angeles, sino los fichajes del nuevo proyecto de su equipo, hasta ahora también se ha presentado al jugador británico como que él sólo va a hacer el negocio y elevar el nivel de juego de la MLS.
Algo que muchos aficionados comienzan a cuestionarse y a pensar que los directivos de la MLS y del Galaxy no han querido exponer con total claridad que el nuevo proyecto de venta de imagen de Beckham, sin la participación de los equipos profesionales mexicanos y el apoyo de la comunidad hispana no va a tener el éxito que esperan.
La demostración se ha dado cuando el primer partido de la gira del Chelsea en Estados Unidos no lo han disputado en Boston, ni en Washington, ni en Filadelfia sino en Stanford (California), localidad cercana a San Francisco.
Su rival, no fue el Galaxy de Beckham, que lo será el sábado para el debut oficial del jugador inglés, si se recupera de la lesión del tobillo izquierdo, sino que eligieron a las Águilas del América, uno de los equipos históricos del fútbol mexicano.
El resultado, una entrada de 47.000 espectadores que llegaron al Stanford University Stadium, pero que no lograron llenar los 49.000 asientos que tiene de aforo, algo que con equipos como el Real Madrid y Barcelona no hubiese sucedido.
El Chelsea con sus estrellas, pero sin la participación de un equipo mexicano, hasta ahora está pasando desapercibida su presencia en Estados Unidos y el fenómeno Beckham habrá que comenzar a analizarlo después que haya jugado un primer partido en cada una de las sedes de los equipos de la MLS.
De hecho, el primer encuentro contra el Chelsea será en el Home Depot Center, con un aforo de 27.000 espectadores, muy lejos de los 92.542, que tiene el Rose Bowl de Pasadena.
Un escenario mundialista en el que podrían haber jugado el partido de un debut tan esperado e importante, que además ha sido enmarcado dentro de otro torneo que los organizadores de la MLS han denominado "World Series of Football".
Los directivos de la MLS, encabezados por el comisionado Don Garber, el día de la presentación de Beckham tuvieron la deferencia de decir varias frases en español, porque saben que sin el apoyo de la comunidad hispana, el negocio económico de la liga no va a ser nunca rentable en Estados Unidos.
Tan evidente es la necesidad que tienen de la comunidad hispana en Estados Unidos, más de 35 millones de residentes, que ya se han inventado la nueva competición de la Superliga.
Un torneo que comienza a partir del próximo 24 de julio y durará hasta el 29 de agosto con ocho equipos, cuatro mexicanos y cuatro de la MLS para disputar un premio de un millón de dólares.
Los equipos mexicanos seleccionados son el América, las Chivas de Guadalajara, el Pachuca y el Morelia, mientras que los estadounidenses serán el Dynamo de Houston, el FC Dallas, el DC United y el Galaxy.
Pero la mayor demostración del "negocio" que son los equipos mexicanos en Estados Unidos, es que dos de los partidos de la primera ronda que se van a jugar fuera de la sedes de los cuatro participantes de la MLS serán en Chicago y Denver.
El motivo, que los encuentros serán entre equipos mexicanos, donde la asistencia de seguidores de las Chivas y Pachuca en Denver y de las Águilas contra los Monarcas del Morelia en Chicago, respectivamente, va a estar garantizada, porque en ambas ciudades hay una gran concentración de hispanos.
Mientras, que el fenómeno Beckham dentro del mundo anglo de Estados Unidos sólo podrá mantenerse si en la mitad de la temporada que va a disputar con el Galaxy demuestra en el apartado deportivo que hace una gran aportación al equipo y lo convierte en ganador.
De lo contrario, una vez que hayan vendido la novedad y el furor mediático decaiga, en función de la audiencia que genere la televisión, no hay que olvidar que van a trasmitir todos los partidos del Galaxy, la realidad puede ser muy diferente a las proyecciones que tienen los que han invertido en su imagen.
Beckham podrá ganar seis millones y medio de dólares por temporada, seguir vendiendo camisetas y hacer giras con el equipo por Asia y Inglaterra, pero ya no será con el Real Madrid, uno de los mejores del mundo, sino con el Galaxy, uno de los peores de la MLS, una diferencia que al final puede dar una sorpresa.