Final esperada mantiene el ambiente de la Copa hasta última hora.

Enviado por roberto el Sáb, 14/07/2007 - 12:58

La final más esperada de la Copa América, la que medirá el domingo a Brasil y Argentina en el estadio José Pachencho Romero de Maracaibo, ha contribuido a mantener vivo hasta el final el espíritu del torneo a pesar de que el equipo local quedó fuera de la Copa en los cuartos de final.

Los venezolanos, una vez eliminada la selección de su corazón, soñaban en que Brasil y Argentina, las dos mayores potencias futbolísticas del continente, midieran sus fuerzas en una final en la que podrán ver jugar a algunas de las estrellas del fútbol mundial a las que siguen habitualmente por televisión.

Los aficionados venezolanos al fútbol conocen con detalle las ligas española, italiana, inglesa, así como las de Alemania o Portugal, casi en mayor medida que el campeonato de su país, y ahora tienen la oportunidad de ver de cerca a figuras del fútbol mundial como Robinho, Riquelme o Messi.

El interés por el fútbol ha crecido en Venezuela tras los resultados favorables de la selección en el último año y con el desarrollo de la Copa al menos hasta el punto de que los ciudadanos hablan de la final y aunque algunos no entran en detalles futbolísticos, si que tienen claros sus deseos sobre quien tiene que ganar el partido.

Unos apuestan por el jogo bonito de los brasileños, otros por el fútbol compacto, preciso y superior de la selección argentina, mientras que a la hora de pensar en las estrellas de los equipos, los hay que eligen al brasileño Robinho, aunque parece que son más los que se acuerdan del argentino Leo Messi.

La eliminación de Venezuela no ha supuesto la caída del telón para los aficionados locales, ya que el objetivo de la Copa era que el fútbol creciera en el país del béisbol y eso se ha conseguido.

La selección se clasificó para la segunda fase como primera de su grupo, ganó un partido en la Copa América cuarenta años después de su anterior victoria y ha superado en la clasificación histórica del torneo a equipos como Honduras y Costa Rica.

Con una sola participación en la Copa, estas dos selecciones centroamericanas habían sido mejores que Venezuela en cuatro décadas, lo que da una idea de la necesidad de mejoría que tenía el fútbol en este país, mejoría que se ha hecho evidente.

El jarro de agua fría que supuso la contundente derrota (1-4) ante una selección experimentada como Uruguay en los cuartos de final se convirtió en una decepción momentánea, ya que bien pronto se empezó a pensar en el futuro y en las eliminatorias para el Mundial.

Además, otro motivo para que el espíritu de la Copa siga vivo en el país está en que, aunque en algunos lugares la fiesta terminó hace varios días, en otros, como la capital Caracas, acaba de empezar pues en la jornada del sábado, penúltimo día del torneo, se disputa el único partido del torneo fijado en esta ciudad.

El tercer y cuarto puesto peleado por Uruguay y México ha traído el ambiente de la Copa a la ciudad y la llegada de los dos equipos se vio acompañada de la presencia de seguidores mexicanos en el hotel y de la afluencia de mucha gente al primer entrenamiento caraqueño de la selección de Uruguay, hasta el punto de que en la segunda práctica, el técnico Óscar Washington Tabarez propuso trabajar en un ambiente más privado.

El colofón para la fiesta, por supuesto, se podrá en la tarde del domingo en la húmeda y calurosa ciudad de Maracaibo con un partido entre brasileño y argentinos en el que saldrá un nuevo campeón y se pondrá el punto final a la 42 edición de la Copa América, la competición futbolística más antigua del Mundo.