Boca Juniors logró una gran victoria frente a River en el primer Superclásico del año.
Boca Juniors, con una gran contundencia, inteligencia y a un Juan Román Riquelme inspirado buscando el arco de Carrizo, le ganó a River Plate por 2-0, quedándose con toda la alegría del primer superclásico del año, con casa llena y con una fiesta sensacional.
Los goles del partido fueron convertidos por Sebastián Battaglia, en la primera parte, y Martín Palermo en el segundo tiempo.
El partido se jugó en el estadio mundialista José María Minella de la ciudad de Mar del Plata, con un excelente arbitraje de Héctor Baldassi.
En el arranque del encuentro River manejó más la pelota y fue el que más intentó llegar al gol, pero no tuvo la contundencia necesaria, le faltó inteligencia al momento de la definición, dos atributos que le sobraron a Boca para conseguir la victoria.
En el arranque del partido todo parecía que iba a ser de River, Ariel Ortega estaba enchufado incluso teniendo una chance clara frente a Pablo Migliore a los diez minutos, desperdiciándola y con ella la oportunidad de marcar frente al xeneize.
El "Burrito" estuvo en los primeros minutos compartiendo mucho el ataque "Millonario" junto con el chileno Alexis Sánchez y por Mauro Rosales, con un Sebastián Abreu haciendo bien su tarea de llevar la pelota a cancha rival.
El equipo de Diego Simeone se paró con un 3-3-3-1 que por el momento ya es criticado por la prensa que dice que es jugar "A matar o morir", con Ortega siendo por momentos un puntero por derecha.
Pero a pesar de ello, al conjunto de Núñez le faltó resolver en la última jugada, ser más profundo y eso provocó que su dominio se diluyera en su búsqueda del arco rival agotando sus ideas ofensivas.
Por el lado de Boca al comienzo no encontraba el camino ni el orden necesario para confrontar a un River que se le venía encima, esto debido a la buena marca que Ponzio empleó sobre Juan Román Riquelme que no tenía mucho espacio para desarrollar su juego.
Martín Palermo y Rodrigo Palacio quedaron totalmente solos arriba sin un abastecedor de pelotas profundas para que puedan crear peligro en el área de River.
Sin embargo fue el conjunto de Ischia el que abrió el marcador, después de una jugada de pelota parada ejecutada por Riquelme que atravesó toda el área rival, el rebote le quedó a Morel Rodríguez que envió un centro al corazón de la defensa "Millonaria" y a través de Battaglia que de bolea tomó la pelota picando dentro del área enviándola al fondo de las redes marcando el 1-0.
A partir de ese momento todo fue de Boca, en el comienzo de la etapa de complemento, River salió con la convicción de conseguir el empate y talvez por ello dejó varios espacios en el medio campo y el fondo, lo cual permitió que Román empiece a hacer lo que mejor sabe, crear fútbol ofensivo.
A los 11 minutos se produjo la jugada más polémica de todo el partido cuando Riquelme ejecutó un tiro libre desde el costado izquierdo del área de River muy lejos del arco a propósito, nadie imaginó que desde esa distancia buscaría la portería defendida por Carrizo, sorprendiendo a todos y con el arquero que la rechazó ahí nomás a la altura del horizontal, Martín Palermo aparentemente sosteniéndose del travesaño puso de cabeza el 2-0.
Así Boca pasó a manejar la pelota y los tiempos del partido, haciendo que River poco a poco vaya bajando los brazos con el paso de los minutos, con Riquelme como estandarte de esos pases peligrosos y magistrales para que Palermo y Palacio liquidaran definitivamente el asunto, pero los "Millonarios" tuvieron algo de suerte.
A seis minutos del final Palermo pudo haber marcado el tercero de cabeza, luego de un corner ejecutado por el talentoso diez, Juan Román Riquelme, hizo estrellar la pelota en el horizontal.
Los minutos pasaron, con un River desesperado sin poder cambiar la historia y con un Boca que si se animaba un poco más pudo haber terminado goleando a un equipo que perdió todas sus ideas y orden.
Por: Christian Racines.
Los goles del partido fueron convertidos por Sebastián Battaglia, en la primera parte, y Martín Palermo en el segundo tiempo.
El partido se jugó en el estadio mundialista José María Minella de la ciudad de Mar del Plata, con un excelente arbitraje de Héctor Baldassi.
En el arranque del encuentro River manejó más la pelota y fue el que más intentó llegar al gol, pero no tuvo la contundencia necesaria, le faltó inteligencia al momento de la definición, dos atributos que le sobraron a Boca para conseguir la victoria.
En el arranque del partido todo parecía que iba a ser de River, Ariel Ortega estaba enchufado incluso teniendo una chance clara frente a Pablo Migliore a los diez minutos, desperdiciándola y con ella la oportunidad de marcar frente al xeneize.
El "Burrito" estuvo en los primeros minutos compartiendo mucho el ataque "Millonario" junto con el chileno Alexis Sánchez y por Mauro Rosales, con un Sebastián Abreu haciendo bien su tarea de llevar la pelota a cancha rival.
El equipo de Diego Simeone se paró con un 3-3-3-1 que por el momento ya es criticado por la prensa que dice que es jugar "A matar o morir", con Ortega siendo por momentos un puntero por derecha.
Pero a pesar de ello, al conjunto de Núñez le faltó resolver en la última jugada, ser más profundo y eso provocó que su dominio se diluyera en su búsqueda del arco rival agotando sus ideas ofensivas.
Por el lado de Boca al comienzo no encontraba el camino ni el orden necesario para confrontar a un River que se le venía encima, esto debido a la buena marca que Ponzio empleó sobre Juan Román Riquelme que no tenía mucho espacio para desarrollar su juego.
Martín Palermo y Rodrigo Palacio quedaron totalmente solos arriba sin un abastecedor de pelotas profundas para que puedan crear peligro en el área de River.
Sin embargo fue el conjunto de Ischia el que abrió el marcador, después de una jugada de pelota parada ejecutada por Riquelme que atravesó toda el área rival, el rebote le quedó a Morel Rodríguez que envió un centro al corazón de la defensa "Millonaria" y a través de Battaglia que de bolea tomó la pelota picando dentro del área enviándola al fondo de las redes marcando el 1-0.
A partir de ese momento todo fue de Boca, en el comienzo de la etapa de complemento, River salió con la convicción de conseguir el empate y talvez por ello dejó varios espacios en el medio campo y el fondo, lo cual permitió que Román empiece a hacer lo que mejor sabe, crear fútbol ofensivo.
A los 11 minutos se produjo la jugada más polémica de todo el partido cuando Riquelme ejecutó un tiro libre desde el costado izquierdo del área de River muy lejos del arco a propósito, nadie imaginó que desde esa distancia buscaría la portería defendida por Carrizo, sorprendiendo a todos y con el arquero que la rechazó ahí nomás a la altura del horizontal, Martín Palermo aparentemente sosteniéndose del travesaño puso de cabeza el 2-0.
Así Boca pasó a manejar la pelota y los tiempos del partido, haciendo que River poco a poco vaya bajando los brazos con el paso de los minutos, con Riquelme como estandarte de esos pases peligrosos y magistrales para que Palermo y Palacio liquidaran definitivamente el asunto, pero los "Millonarios" tuvieron algo de suerte.
A seis minutos del final Palermo pudo haber marcado el tercero de cabeza, luego de un corner ejecutado por el talentoso diez, Juan Román Riquelme, hizo estrellar la pelota en el horizontal.
Los minutos pasaron, con un River desesperado sin poder cambiar la historia y con un Boca que si se animaba un poco más pudo haber terminado goleando a un equipo que perdió todas sus ideas y orden.
Por: Christian Racines.