La primera jornada de la fase final de la Liga Mundial de voleibol comenzó con sorpresas, con la derrota de Brasil ante Bulgaria y con los muchos problemas que pasó Polonia para doblegar a Francia.

Brasil, tetracampeón en las últimas cuatro ediciones de la Liga Mundial, comenzó con el pie izquierdo y cayó con Bulgaria, bronce en el último Campeonato del Mundo de Japón pero con la que nadie contaba.

Dos horas de partido y cinco sets (25-21, 20-25, 25-21, 23-25 y 12-15) fueron necesarios para que Brasil conociera el sabor de la derrota en esta competición esta temporada.

Claro que si de partido largo hablamos hay que apuntar los 128 minutos que tuvo que emplear Polonia para no verse en la misma tesitura que Brasil.

Francia, selección invitada por la organización, demostró que no ha venido de vacaciones y puso muy cara la victoria a los anfitriones (38-36, 19-25, 21-25, 25-21 y 15-11), que quizá pecaron de falta de concentración en algunos momentos.

Polonia, subcampeón mundial, es ahora el máximo favorito para suceder a los brasileños en lo más alto del podio, aunque tampoco convendría lanzar las campanas al vuelo, ya que en una competición tan corta y tan intensa, mil cosas pueden cambiar en un segundo.

Además, todavía faltan por entrar en juego Estados Unidos y Rusia, dos equipos que también tienen sus opciones.

Mención especial merece el público de Katowice, entregado a sus colores como pocas aficiones en el mundo, que llenó por completo las más de diez mil localidades del pabellón Spodek y que llevó en volandas a su selección.

El jugador número siete estuvo en las gradas y fue el mejor del partido.