Los guerreros fueron bravos y atrevidos
La valentía y orden del Deportivo Quito prevaleció (0-0) en el encuentro ante el superfavorito LDUQ que tuvo mucha fortuna al término de los 90 minutos, donde fue superado, en varios momentos de la puja por la concentración, orden y disciplina táctica del equipo “académico”
Estrategias distintas porque mientras los “académicos” agazapados, sacaban las garras del contragolpe, LDU, sin ideas, deambuló por el campo de juego, en una cadena de errores y sobresaltos.
Y cuando la mano le vino cambiada al equipo del aguerrido Tabaré Silva, apareció la dupleta del toque mágico (Saritama-Salas) para convertirse en el talismán de lucha, donde Richard Calderón era el arponero que probó en más de una oportunidad el lanzamiento del temible dardo que estuvo a punto de dejar mortalmente herido al gigantesco “Dida” Domínguez.
Tras soportar difíciles vaivenes, por el dominio territorial y estratégico de LDU.Q casi al finalizar la primera etapa es donde la “AKD” reacciona con personalidad y modifica su forma, dejando que los últimos minutos transcurran con una visión de optimismo y producción hacia el campo rival.
Y si Ronald Campos, metía aquellas dos opciones de gol (74 y 88 min) la solidaridad de un equipo de obreros, hubiera tenido su premio, en aquella tarde de entrega, sacrificio y lucha permanente en procura de la tan anhelada victoria.
Eso de dejar “el alma en la cancha” no fue un decir. Los jugadores del D. Quito cumplieron un partido tácticamente exuberante. Superaron y sorprendieron a los sabios “analistas” con garra, concentración, solidaridad y capacidad estratégica, al “favorito” de todos” LDU.Q que en la casa del campeón (Estadio Olímpico Atahualpa) la vio “cuadrada” porque el temple, talento y derroche físico de los guerreros azul-grana pudo más que cualquier antecedente.
Por eso, las declaraciones del esforzado y luchador Joselito Cobo, Presidente del D. Quito, en las que ponderó el valor y la entrega de sus jugadores, no hace otra cosa que ratificar el crecimiento paulatino de un equipo que tiene por delante un gran porvenir, por la mentalidad inclaudicable de imponerse a cualquier rival, por más pintado o rico que este sea, o por más títulos que este posea en su dilatada trayectoria de la competencia ecuatoriana.
Los miles de quiteños que se hicieron sentir con sus emocionantes cantos, en el centro-norte de nuestra bella capital, comulgaron la paz y el entusiasmo en un apasionante “Clásico” fue el más vivo ejemplo de que cuando las hinchadas van a ver el fútbol, el espectáculo no solo es maravilloso, sino que además se convierte en un mensaje de confraternidad, solidaridad y amistad.
D. Quito: Nelson Ramos; Andrés Justicia, Michel Castro, Juan Guerrón y Jacinto Hernández; Richard Calderón, Luis Saritama, Juan Rojas (Claudio Rivero- 73 min) y Daniel Porozo (Jairón Bonet-46 min)); Franklin Salas (Ronald Campos-65) y Julián Lalinde
DT: Tabaré Silva (uruguayo)
LDU.Q. Alexander Domínguez; José Quintero, Norberto Araujo, Luis Romero y Néicer Reasco; Enrique Vera, Fernando Hidalgo, José Francisco Cevallos (Luis Congo-80 min) y Michael Jackson Quiñónez; Hancel Batalla (Morales 63 min) y Narciso Mina (Castillo 63 min).
DT: Luis Zubeldía (argentino)
Árbitro: José Espinel. Buena actuación. Amonestó a Calderón (45m) del Quito; Cevallos (42m) de Liga de Quito.
Por: Gonzalo Melo Ruiz