Ecuador, un país de procesos y victorias
Ecuador está entre los mejores del mundo, gracias a un proceso liderado por Luis Chiriboga Acosta, que desde 1988, como ingeniero de profesión, construyó el proyecto ganador para clasificar en tres ocasiones mundialistas de cuatro en disputa. El directivo resistió los vientos de cambio, cuando los resultados no se daban, mostrando al mundo un inquebrantable apoyo a una gestión incomprendida a veces, pero honesta e inteligente. De las injustas acusaciones que circulan hasta hoy, nadie ha podido comprobar nada, con documentos, videos, fotos, etc.
Hoy, los dirigentes del fútbol ecuatoriano, en el congreso anual 2015, tomarán la sabia decisión de elegir a los mejores para continuar con los éxitos de la Tricolor, que en pocos días tendrá el reto de la Copa América. La cordura y la lealtad, es una virtud del dirigente del fútbol ecuatoriano. Votará por el mejor. No me cabe la menor duda. ¡Y con esto he dicho todo!.
Los resultados son históricos. La hazaña empezó en el 2002 con el inolvidable mundial de Corea-Japón. Continuó con el de Alemania -2006, con la clasificación de Ecuador a los octavos de final. Y después, el epílogo feliz de un inteligente trabajo, con la concurrencia a Brasil 2014. Su nombre quedará grabado con letras de oro, al igual que el del público ecuatoriano principal bastión de la clasificación.
La humildad y sencillez con que Chiriboga receptó los elogios del mundo, tras el soberano triple éxito, fue su mejor característica para enfrentar todo lo que después vino. Ahora el orgullo de Ecuador es el fútbol. Los niños en cualquier parte del país lucen orgullosos los colores de la “Tri” con la plena identificación de raza, lucha, victoria y solidaridad. ¡Y esto no debemos olvidar nunca!
La hazaña empezó en el 2002 con el inolvidable mundial de Corea Japón. Continuó con el de Alemania 2006, con la clasificación de Ecuador a los octavos de final. Y finalmente, el epílogo inmortal de un inteligente trabajo con la concurrencia e a Brasil 2014.
La identidad plena del fútbol ecuatoriano, con técnicos y metodología colombiana, con apoteósicos triunfos antes los famosos y connotados de Sudamérica, innovaron el concepto de competencia, transformándola en el nuevo estilo del fútbol moderno, con defensas y carrilleros vigorosos, volantes de temple, talento y exuberancia física y delanteros de inspiración, clase y categoría.
Con paciencia y aun soportando la verborragia de algunos, Reinaldo Rueda, DT colombiano, sigue adelante, llamó a 80 jugadores y les dio el honor de defender la sagrada tricolor. Unos se adueñaron de la posición, otros no dieron la talla.
El cambio fue osado. Se dejó atrás a los históricos, explotando el recorrido de Luis Antonio Valencia, Felipe Caicedo, Segundo Alejandro Castillo y Cristhian Noboa, aprovechando el crecimiento de Fricson Erazo, Juan Carlos Paredes, Jefferson Montero y Enner Valencia, tallando una auténtica obra de arte. Pero además, tuvo como “Ases” bajo la manga a Renato Ibarra y Fidel Martínez.
Si el promedio de una selección mundialista como la ecuatoriana fue de 24 años, estadística que causó impresión mundial, fue determinante para causar la admiración del mundo, la mezcla de juventud y veteranía actual, junto al talento y profunda percepción de Rueda, fue la combinación del esfuerzo en la cita mundial de los grandes, contando con el impulso conmovedor del público ecuatoriano, principal bastión de la clasificación.
Es cierto en el Mundial 2014 los resultados fueron esquivos. El aire triunfalista nos impidió ver la magnitud de la competencia. Pero se dejó todo en la cancha y se compitió con nivel y categoría. No hicimos el “papelón” que muchos querían. Ecuador tuvo dignidad hasta el último segundo del gran evento.
LA COPA AMÉRICA 2015
Ya viene la Copa América y Ecuador, seguramente, por el talento que tiene, bajo la atenta mirada de Sixto Vizuete, un técnico ecuatoriano, inteligente, de categoría, mejor que cualquiera de los que pusieron su adusta faz, con fines propagandísticos, será la revelación del torneo y nos hará recordar que tenemos historia, tradición y grandes jugadores. ¡Dios quiera que sea así!
Por: Gonzalo Melo Ruíz