Disciplina para la selección
Acabo de conocer la lista de convocados para la selección ecuatoriana de fútbol que este mes disputará dos partidos amistosos muy importantes, frente a México y a Argentina que, han convocado para estos encuentros, a lo mejor de sus planteles que militan en el mundo entero. Estoy seguro, que existirán quienes estén de acuerdo con los nombres citados por usted. Otros, seguramente, dirán lo contrario pues, siempre hay alguien a quien le sobra o le falta alguien. Pero, como había expresado en un comentario anterior, esta nueva etapa, teniendo ahora al seleccionador argentino-boliviano al técnico Gustavo Quinteros, tendrá de mi parte, todo el apoyo que pueda brindarle desde este espacio de información pero, siempre que él se comprometa a que será él y nadie más que él, quien tomará las decisiones sobre los jugadores, sea para partidos amistosos, como los oficiales de clasificación, ya que, los ecuatorianos estamos cansados de extranjeros y nacionales que, claramente, fueron “manejados” por terceras personas.
En forma particular y, luego de haber visto como llevó a Emelec al bicampeonato nacional, confió plenamente en usted señor Quinteros y a su equipo de colaboradores. Salvo que haya visto algunos de los partidos del seleccionado nacional y, que pueda emitir mi personal criterio sobre el rendimiento del plantel y de cada uno de los jugadores, yo no diré nada a través de suposiciones. Por el contrario, mis comentarios serán siempre positivos y, sobre todo, de acuerdo al rendimiento del combinado nacional en los encuentros que le toque jugar. Además, luego de tantos años de haber visto de cerca el fútbol profesional en el país y en el exterior, ya nada me llama la atención. Por lo tanto, mi personal criterio será siempre tratando de “aconsejar positivamente” –aunque no sé si ese es el término adecuado pero, lo voy a llamar así, ya que, luego de 66 años de mirar –conscientemente- este maravilloso deporte, creo que sí puedo hacerlo- ¿Verdad?
Con esta clara explicación, voy a permitirme señor Quinteros, dar mi primer consejo que, bajo ningún punto de vista, creo que puede ser considerado ofensivo para alguien, sino por el contrario, el resultado de lo que ha ocurrido en años anteriores con seleccionadores anteriores y, se refiere a la disciplina que el combinado debe mantener internamente pues, está todavía muy cerca la finalización del campeonato mundial en Brasil, donde algunos pormenores –sobre todo- de tipo económico, prendieron las chispa y, lo peor, no por declaraciones de algunos de los jugadores a periodistas ecuatorianos, sino por el contrario, en medios internacionales, haciendo quedar muy mal al país y, eso no lo podemos permitir en esta nueva época del combinado nacional. En esta ocasión, señor Quinteros, usted es el responsable de que eso no ocurra.
Para aclarar un poco más, señor Quinteros, espero que ojalá, cada uno de los aspectos que tienen que ver con la vida misma del seleccionado ecuatoriano, estén lo suficientemente claros con los dirigentes de la Comisión de Selecciones y, por ende, con los directivos de la FEF. Después de ello, en igual forma, que quede totalmente claro para los jugadores que han sido convocados. Pero, para ello, no solamente tiene que estar lo suficientemente claro –según lo que digan ellos- sino que tiene que estar por escrito. Por eso, es necesario elaborar un reglamento disciplinario que, lo pueda conocer cualquier persona. Después de todo, recuerde aquel viejo dicho de nuestros antepasados que dice: “la ropa sucia se lava en casa”.
Cuando las cosas estén conocidas por todos los estamentos de este maravilloso deporte y cuando la paz sea lo único que se respire en el interior del combinado nacional, nadie podrá decir lo contrario y podrá hacer quedar mal a los jugadores y al país. Por lo tanto, señor Gustavo Quinteros, todos los ciudadanos ecuatorianos, solo esperamos que Ecuador esté en la parte final del campeonato mundial de fútbol en Rusia 2018 y, que en esa participación, no tengamos que abochornarnos, sino que, por el contrario, estemos orgullosos de lo que allí va a ocurrir.
Por: Jorge García Romo