D. Quito, truenos, granizo y show azul-grana

Enviado por robert el Lun, 20/04/2015 - 11:20

Gargantas roncas de la felicidad. Aquel tributo de victoria del Deportivo Quito hacia su bendita hinchada, aquella que vocifera y canta que aplaude y apoya en aquella tarde donde los truenos y rayos fueron la curiosa sinfonía de un triunfo espectacular, se convertirán en la demostración de fe de la “AKD”.

 

Y solo al final, en una maldita costumbre que no tiene explicación, jugando como varones, sin importar los desajustes defensivos y ofensivos, las inconexiones que desalientan y abruman a la hinchada, vino la reacción del equipo local Aucas) que pese al esfuerzo no llegó al objetivo de empatar.

 

Es que el túnel con permanente oscuridad no tenía otra salida para los locales: se ganaba o se ganaba. Solo al final, la escena fue conmovedora: los brazos hacia el cielo y un solo grito de los 11 luchadores: ¡Quito corazón!

 

Después del latigazo del irreverente “Mago” Franklin Salas (2min), la AKD fue una tromba. Dejando al borde del KO a Mallitasig y compañía vino la segunda, cuando al “Mago” capo y talento del medio campo, acaricia el balón, pone a Ronald Campos, que gira como los mejores balletistas del mundo y con mortal derechazo colocó el 2-0 cuando apenas se jugaban 9 minutos.

 

Y de ahí en adelante Deportivo Quito fue solidario, valiente y solvente. El sistema del revolucionario Tabaré Silva totalmente creativo, nuevo y deslumbrante obligaba al toque sutil y perfecto de Franklin Salas, un jugador diferente, batallador y eficaz; mientras el esfuerzo de Richard Calderón, Juan Diego Rojas y Claudio Rivero sobresalió en una batalla sin concesiones, donde el mejor imponía destreza habilidad y capacidad de manejo y ese, era Deportivo Quito.

 

El permanente escalonamiento, con sociedades cortas y dinámicas, facilitaron la primera conquista, cuando el indescifrable Juanito Rojas, poniéndole la manija al balón, bailando malambo en el área, ponga la magia de los privilegiados del gol y con suave toque llame al “Mago” Salas que buscó el resquicio imposible, aprovechando la salida suicida de Blázquez (¡cuando no!) y por ahí mismo ponga el 1-0.

 

Aucas, equipo local, desconocido, inconexo, lleno de nervios, con jugadores que deambulaban en la cancha, paulatinamente, cedió la iniciativa al ilustre visitante, dejando que la cancha, pelota e ideas, sean de Campos y compañía que cimentó el accionar de un equipo bien estructurado, con mayor volumen de juego, con una propuesta clara, llena de pausas, fundamentos, actitud y personalidad.

 

La fibra combativa de Ronald Campos, inspirado y feroz en el ataque, se convirtió en el factor fundamental para el triunfo, pues ganó el mano a mano a los temibles Santiago Mallitasig y Horacio Salaverry, sin dejar de agradecer al improvisado Darwin Quilumba, quien facilitó la tercera de la tarde. Con el grito de dignidad de Jairo Padilla que acortó cifras (30min) terminó la primera parte de sufrimiento para los auquistas.

 

Es que terminar 1-3 la primera parte en el enmudecido estadio del sur, fue un premio para el equipo querido “académico” que salió del vestuario con el convencimiento pleno de luchar hasta el final por lograr el triunfo. Así, exponiendo la fibra combativa de antaño, recordando sus tiempos de idolatría y lucha inclaudicable, los “Chullas” reposaron su espectacular actuación, mientras los reconfortantes sopapos de agua fría se convertían en el elixir revitalizador de sueños e ilusiones, mientras el granizo, los rayos y centellas como que presagiaban una catástrofe amarilla.

 

En la etapa final, donde no se podía fallar, Aucas, cambó la cara y se maquilló con personalidad, suficiencia y movilidad. Con un físico exuberante, proponiendo por izquierda y derecha, ganando en escalonamiento, con volantes rápidos llenos de sincronización y alegría, fue ganando en los últimos metros, obligando al impecable Nelson Ramos a jugarse en el mano a mano con los persistentes delanteros Abreu y Villacrés, Méndez y Ledezma que ingresaron en la complementaria para ver si apagaban el fuego que crecía en la “Caldera del Sur”.

 

Aucas con estas modificaciones tuvo una fisonomía diferente, ya que encaró el juego fuerte a través de la habilidad y técnica de Edwin Méndez, que de haber estado con más físico y vitalidad, pudo haber sido el artífice de mejores juagadas, mientras Nelson Lara, sacrificado inútilmente con un sueño en Portugal, sin entrenar un solo día jugó de titular.  Fue cambiado. No gravitó.

 

Solo a través del sacrificio de todos los visitantes, se defendió con las uñas afiladas la ventaja del primer tiempo. Y la victoria final fue el mejor premio a un equipo que usó el mejor dispositivo hacia la felicidad de  todos los quiteños: la actitud de ser mejores.

 

Y como  no podía ser de otra manera, con un Aucas corajudo y desordenado apareció el drama, siendo Abreu (87min) el que dejo sin respiración a Ramos que soportó la segunda caída.

 

Se ganó con el corazón. Los tres puntos abrieron el abanico de posibilidades para seguir sonando. Lo demás, ya queda en el análisis de jugadores y miembros del cuerpo técnico del D. Quito que le agarró de “pato” al Aucas, porque de los 6 puntos en disputa se los morfó todos.

 

FICHA TECNICA

 

AUCAS: Sebastián Blázquez, Darwin Quilumba, Jimmy Gómez (Juan Carlos Villacrés 46'), Horacio Salaberry, Nelson Lara (Edwin Méndez 60'), Santiago Mallitásig, Christian Hurtado, Omar Andrade, Jairo Padilla, Sebastián Abreu y Juan Marcarié (Ángel Ledesma 57').
Goles: Jairo Padilla (30'), Sebastián Abreu (87')

 

DEPORTIVO QUITO: Nelson Ramos, Luis Maldonado, Michael Castro, Juan Guerrón, David Hernández, Julio Madison (Cristian Cuero 46'), Claudio Rivero, Richard Calderón, Juan Rojas (Luis Fernando Saritama 60'), Franklin Salas y Ronald Campos (Julián Lalinde 74').
 Goles: Franklin Salas (2') y Ronald Campos (9' y 33')

 

Por: Gonzalo Melo Ruíz