Solo falta el orden de los dos primeros equipos en el torneo nacional del presente año, ya que, el campeonato como tal, ya terminó. Por lo tanto, creo que es muy interesante e importante, analizar lo que ha sucedido este año futbolístico pues, muchas aristas aparecen en el mismo, que han dejado con cierta incertidumbre a los aficionados. La alegría, la decepción y la pena, son sentimientos  obvios en estos momentos. Alegría de quienes participarán en torneos internacionales y de quienes subieron a la primera categoría, decepción en aquellos que al final del torneo no consiguieron nada y, pena de los dos clubes que descendieron de categoría.

Posiblemente, la crisis económica ha sido el punto predominante en este torneo nacional, considerando para ello, las palabras de los directivos de la AME que manifiestan que seis de los doce equipos de la primera categoría (serie A) y once de los conjuntos de la segunda categoría (serie B) han tenido serios problemas económicos y, conociendo todos quienes estamos cerca del fútbol, que se trata de un deporte profesional, y que, por lo tanto, el factor económico es fundamental. Por esta razón, el punto a tratarse, exhaustivamente y en primer lugar es: ¿qué hacer para que los jugadores, elemento principal de este medio económico, tengan sus sueldos al día? Todo depende de la organización que maneje el fútbol profesional y, el llamado angustioso de algunos directivos por la Liga Profesional de Fútbol (Asociación de Fútbol Profesional como se la llamaría), se ha tornado en algo urgente. Y, por eso, esperamos todos que en la Asamblea Ordinaria de la FEF el 8 de enero del próximo año, uno de los puntos del orden del día, tiene que ser su conformación legal, así comience su actividad total el 2017.

En este campo de actividad, me permito aportar con algo que, como todos conocen, puede ser tomado en cuenta o no. Todos conocemos que el trabajador del fútbol debe tener el respaldo de leyes laborales del país pero, como una excepción pues, la duración de la profesión, no es muy extensa. Ese aporte del que hablo, se refiere a lo siguiente: que los directivos en forma unánime –ojalá así ocurra- establezcan un monto que permita al jugador tener tranquilidad en la vida, conjuntamente con su familia y, como todos conocemos que los sueldos son en muchos casos superiores, que se establezcan formas de pago dentro del año calendario de la actuación futbolística; y, que sea de este monto y no de los sueldos, que se reste el dinero si existe una sanción, si el trabajador del fútbol ha cometido algún error. Igualmente, que se establezcan tiempos reales para la firma de contratos, con artículos especiales, para los casos en que, la salida de los clubes de los jugadores o técnicos, sea inminente e imposible evitarlo. De esa manera, los sueldos serán “sagrados” y, se podrá mantenerlos siempre en vigencia, para que no existan los problemas (huelgas, paros, reclamos, etc.) que se han acrecentado en el presente año.

Otro de los puntos fundamentales es el financiamiento de los equipos para su normal participación en el torneo anual. El porte de los patrocinadores, creo que es cosa de los profesionales en Marketing de cada uno de los clubes, dependiendo para ello, aspectos como tipo de juego del equipo, ubicación en la tabla de posiciones correspondientes, número de hinchas cotizantes o socios del club, etc. Y, sobre todo, la forma en que se haya manejado por parte de sus dirigentes. Sin embargo, si se ha planificado profesionalmente –como se debería hacer siempre-, será mucho más fácil el control de cada uno de los presupuestos de los clubes por parte de la entidad deportiva que maneje los torneos, para que no ocurran situaciones como se han vivido en el presente año.

El pago por los derechos de televisación es tremendamente importante, ya que, no solo es fundamental el monto que reciba cada uno de los equipos, sino sobre todo, cuándo se recibirá ese dinero para que sirva a sus propósitos finales. Antes, cuando había libertad de contratación entre los clubes y las empresas televisivas, se entregaba una parte al comienzo del torneo, con el objeto de fortalecer el armado de cada uno de los clubes y, el resto, en entregas periódicas. Ahora, conozco que se les debe desde hace mucho tiempo atrás. Otra cosa que es importante, no se debe -a ningún costo- trasmitir los partidos en la provincia donde se realiza el cotejo pues, la ausencia de aficionados a los estadios es muy notoria y perjudicial económicamente para los clubes. Esto que les voy a decir ahora, es algo que personalmente lo he vivido. ¡Qué malos relatores para televisión tienen los canales que trasmiten el fútbol! Parece que no entienden o no aprenden de lo que se mira en partidos del exterior, que para la televisión hay que señalar los nombres de los jugadores (identificarlos para que los televidentes los conozcan) y, conjuntamente con los comentaristas, realizar algún comentario en jugadas especiales; pero no, como lo hacen aquí, trasmitir como si fuera para la radio. ¡Por Dios, eso no!

Finalmente, creo que el tipo de campeonato sí es bueno, ya que, hasta la última fecha, existe interés en el aficionado, en las tres áreas del torneo nacional: en la parte alta por conquistar el título, en el medio por el interés en participar en los torneos internacionales y, en el fondo, donde lo equipos que no hicieron bien los deberes, defienden la categoría. Recuerden siempre mis querido amigos lectores, lo que acaban de leer, no es sino mi opinión personal.

Por: Jorge García Romo