¡Lo bueno, hay que imitar!

Enviado por robert el Jue, 19/03/2015 - 17:55

Utilizando la maravilla de la tecnología moderna, en estas frías tardes y noches quiteñas, se ha podido mirar a través de la televisión, importantes partidos, tanto en los torneos sudamericanos, como en los europeos y, a través de ellos, no solamente se ha logrado disfrutar del buen fútbol, sino también, de ciertos eventos que se observan, antes, durante y después de los mismos cotejos, que hacen la gran diferencia en cada uno de ellos. Muchas veces se trata de efectos de la temperatura, como la forma de evitar el frío en los escenarios deportivos del viejo continente, frente al minuto que en cada tiempo, se dedican a abastecer de agua a los jugadores y árbitros por el excesivo calor, como el caso de ese maravilloso torneo sudamericano Sub 17, que se juega en Paraguay.

 

Sin embargo, ese tipo de diferencias, son lógicas y muy entendibles, conociendo que en unos lugares del mundo están en invierno, mientras que en otros, están en pleno verano. Es decir, nadie dice lo contrario sobre el porqué de cada uno de estas situaciones diversas. En otros casos, también comparando situaciones propias de la ubicación de los distintos países, tenemos que observar, ciudades a nivel de mar, mientras que, sobre todo en América, existen ciudades de grandes alturas pero, eso también, creo que no es nada nuevo para los millones de aficionados al fútbol.

 

Ahora, ha aparecido una nueva diferencia en este tipo de competencias internacionales, y se trata de las canchas de juego que, en la mayoría de países son de césped natural (hierba), mientras que, otras canchas son de césped sintético. Leyendo sobre el tema, hay varias circunstancias que han llevado a que eso ocurra pero, lo cierto es que la FIFA ha autorizado su uso y, los jugadores y los equipos, tendrán que quejarse menos y practicar un poco más, para que los jugadores no sufran mucho la diferencia.

 

Vamos a dejar aparte, la calidad de juego de cada uno de los torneos que, mucho tiene que ver con el dinero con que cuenta cada uno de los clubes profesionales del fútbol. Por ello, el que tiene más dinero, puede contratar mejores jugadores y, por lógica, brindan un mejor espectáculo. Eso sí, los mejores jugadores que militan en los mejores clubes del mundo, son sudamericanos. ¿Es o no una gran alegría para todos quienes tuvimos la suerte de nacer por estas tierras?

 

Pero, existe una sola cosa, que tiene que el fútbol del mundo entero, imitar a los equipos que participan en la Champion League, ya que, son los únicos que no se hacen problemas con los himnos de los países participantes que, sobre todo, en los países del nuevo continente, generan reacciones de distinto tipo, sea porque no les hacen escuchar el himno completo o, porque mientras eso ocurre, los hinchas del otro equipo, no hacen ningún caso, y se falta al respeto a los ciudadanos del país contrario. ¿A qué me refiero? En la Champion League ingresan ordenados los dos equipos, teniendo en el centro al cuerpo arbitral. Ya en la cancha, se colocan frente a la tribuna y, escuchan el “Himno a la Champion League”. Una canción marcial imponente, corta y, que todos la respetan. Luego de ello, se saludan y, comienza el encuentro.

 

¿Podremos nosotros hacer algo parecido? Yo creo que sí y, más aún, cuando en el país existen compositores de música de mucha calidad. Me dirijo a los señores directivos de la FEF, para que inviten a tanto ecuatoriano que tiene la música en la sangre, para que compongan un himno al campeonato nacional de fútbol y, que entreguen un premio que, a través de los auspiciantes, puede ser muy atractivo. Y, además, ese himno sería lo que se toque y escuche al comenzar cada uno de los encuentros del torneo nacional. Con esta nueva experiencia, podrían los señores directivos, trasladar la misma idea a los dirigentes de la CONMEBOL, y que se actúe igual. De esa forma, cuando se jueguen los partidos por los torneos internacionales en Sudamérica, todos aprenderíamos a respetarlo e incluso a cantarlo. ¿No les parece? De esa manera, nos olvidaríamos de los hechos bochornosos que muchas veces hemos visto estando presentes en los escenarios deportivos, porque nos gusta a no, alguno de los himnos nacionales de cada país.

 

Recuerdo cuando estaba en vida ese gran amigo que fue Don Carlos Machado quien, pedía a través de su radiodifusora, lamentablemente, también desaparecida, que cuando se escuche el himno del país visitante, se saque el pañuelo y con él, se salude. Qué pena que la memoria es tan frágil pues, eso solo es educación. Mis queridos lectores, recuerden que lo que han leído, tan solo es mi opinión personal.

 

Por: Jorge García Romo