¡Buena música, gracias al fútbol!

Enviado por robert el Lun, 09/02/2015 - 11:29

El titular puede resultar sin mayor sentido pero, cuando ustedes lean mi opinión personal en este comentario, seguro que van a dar la razón a  mi afirmación. Como buen aficionado al fútbol, ese maravilloso deporte que todos hemos visto, tratado de jugar y entender -en mi caso desde hace 66 años- llegamos a mirar el mayor número de partidos en el país y fuera de él, utilizando la tecnología de este siglo XXI. Sin embargo, una cosa es mirar y escuchar los cotejos cuando los relatores y comentaristas son extranjeros y, otra cosa, totalmente diferente, cuando los relatores y comentarista son nacionales.

 

¿Por qué digo esto?, simplemente, porque si uno escucha la trasmisión del partido a través de una radio, se entiende que el relator “adorne” su relato, porque el oyente no está viendo el partido. Quienes tienen muchos años de vida, recordarán como anunciaban a ese gran amigo y extraordinario relator deportivo como fue Don Carlos Rodríguez Coll, como “el hombre que televisa el fútbol”. Pero, en la época actual, creo que pocos son los aficionados que no miran los partidos a través de la pantalla chica y, como es lógico, lo que el espectador necesita, solo es conocer los nombres de los jugadores y, el comentario -casi permanente- de jugadas destacadas.

 

Tengo un contrato con una cadena de televisión para poder mirar todos los partidos del campeonato ecuatoriano pero, me encuentro siempre, con el relato y el comentario, como si estuviera escuchando alguna de las prestigiosas emisoras del país, y no, mirando la televisión. De allí que, he optado por colocar la pantalla en silencio y escuchar música -nacional o internacional, instrumental o cantada- pero, por los artistas que a mí me gustan, y que, gracias a Dios, tengo en mi hogar en grandes cantidades. Por ello, el título que he dado a este comentario, ya que, debo agradecerles pues, debido a esta situación que entiendo no solo es mía, me han permitido apreciar cada vez que veo un encuentro en la pantalla chica, lo hermoso que es la música o, como decían nuestros antepasados, el “alimento del alma” que, pese a los 71 años que tengo de edad, escucho muy bien pues, mi oído y mi visión están en perfecto estado. Además, porque como en mi juventud, amé siempre a la música y, muchas veces, la canté en reuniones familiares o en las tradicionales “serenatas”, siempre acompañándome con mi vieja guitarra, eso ha significado, parte de mi vida, de mi espíritu y de la tranquilidad que tengo ahora para todo.

 

Bajo ningún concepto, deseo que mis distinguidos colegas y amigos, ya que, también relaté y comenté fútbol y boxeo para muchas emisoras ecuatorianas, consideren que los estoy ofendiendo. Por el contrario, deseo que recapaciten, escuchen a los relatores y comentaristas extranjeros, tomándolos como ejemplos y, aunque nunca es tarde para aprender, lo hagan y entreguen a los televidentes una información más cercana a la realidad en este tipo de medio de comunicación. En otras palabras, no creo que haga daño un pequeño “tirón de orejas”, de quien estando ya en la tercera edad, no trata de quitarles el puesto, peor aún, de hacerles daño de ninguna manera, ni siquiera a su ego que, como todos sabemos, es posiblemente, lo que más duele a muchas personas en estos casos.

 

Ojalá lo tomen de esa manera pues, lo  único que deseo, es colaborar para que, como en todas las actividades de la vida, mejoren cada día más.  Lamentablemente, a nivel de Gobierno nunca se entendió que la juventud es la verdadera fuerza de una sociedad pero, que los “viejos”, tenemos algo que el joven no tiene y que se llama experiencia. Por esa razón, estoy totalmente de acuerdo con un recambio generacional en todo pero, no colocando solos a los jóvenes pues, por mejores conocimientos y capacidad que tengan, la experiencia hace -casi siempre- la gran diferencia. Por algo nuestros antepasados nos decían  que, “el Diablo sabe más por viejo, que por Diablo”.

 

Por: Jorge García Romo